Reanimador Clemente

  • Valladolid.- Javier Clemente está reanimando al Real Valladolid, su llegada ha tenido efectos curativos para todos los males del equipo, como aquella leyenda del bálsamo de Fierabrás que aparecía en los cantares de gesta y, precisamente, una gesta es lo que está consiguiendo el técnico de Baracaldo, quien ha sido una especie de "desfibrilador" para un enfermo que apenas respiraba.

Reanimador Clemente
Reanimador Clemente

Valladolid.- Javier Clemente está reanimando al Real Valladolid, su llegada ha tenido efectos curativos para todos los males del equipo, como aquella leyenda del bálsamo de Fierabrás que aparecía en los cantares de gesta y, precisamente, una gesta es lo que está consiguiendo el técnico de Baracaldo, quien ha sido una especie de "desfibrilador" para un enfermo que apenas respiraba.

"Mientras hay vida hay que seguir luchando", reconoció ayer el entrenador vizcaíno quien, en una lección de realismo, admitió que no sabe si habrá tiempo "para lograr la salvación" aunque si se puede hablar todavía de salvación es por los ocho puntos de doce posibles que el equipo ha recolectado desde su llegada.

Un equipo al que le hacían goles con una facilidad "insultante" ahora sólo ha encajado un tanto en cuatro partidos y de un disparo lejano, el del defensa sevillista Juan Cala, que ni siquiera era un ocasión de gol.

Todo ello con los mismos jugadores, si bien hay que destacar la aportación de los tres refuerzos invernales, el portugués Henrique Sereno, el madrileño Sergio Gontán" Keko" y, sobre todo, el vizcaíno Asier del Horno.

Precisamente Del Horno y Pedro López serán sancionados para el sábado. Ni el vasco ni el valenciano podrán jugar ante el Getafe, pero Clemente ha apuntalado la defensa de su equipo de tal manera que las ausencias no se notan.

Esta faceta, la defensiva, venía siendo un lastre en los últimos tiempos pero con la llegada del técnico de Baracaldo la zaga ha pasado a ser el punto fuerte del equipo.

El ex seleccionador ha contado con el hándicap de las bajas en forma de lesiones y sanciones, pero el Valladolid ha adquirido mecanismos que le dotan de una solidez extraordinaria. Antes, el portero era siempre el "adalid" del equipo y ahora apenas tiene que intervenir.

Desde su debut en Tenerife, cinco días después de asumir el cargo, Javier Clemente ha ido aplicando "descargas" de energía, sensatez y aplomo. El desfibrilador ha reanimado al enfermo, pero si las secuelas eran o no irreparables dependerá de los próximos cuatro partidos.

En este sentido, Clemente ha elegido el camino de tirar al equipo deliberadamente para atrás y generar espacios para la velocidad y el juego directo. El Valladolid ataca ahora con balones largos, aprovechando las condiciones de sus futbolistas y, fundamentalmente, la envergadura del delantero angoleño Manucho.

Manucho es junto a Nivaldo Santana o Javier Baraja uno de los jugadores "reanimados" por Javier Clemente. El último ha sido el portugués Hugo Gomes "Pelé", quien en la segunda parte del partido de El Molinón tiró del carro como nunca lo había hecho desde su llegada.

Puede que, como dicen, el fútbol sea un estado de ánimo y que Clemente sólo haya hurgado en la cabeza de los jugadores pero si para construir los edificios hay que empezar por los cimientos el de Baracaldo ha querido, y conseguido, cimentar el fútbol del Valladolid en una defensa impermeable y rocosa, algo que siempre fue la base de la supervivencia del club en Primera División.

Con Pepe Moré, con Sergio Kresic o con Vicente Cantatore el equipo encajaba muy pocos goles y cuando se rompió esa dinámica, con Rafa Benítez o con Fernando Vázquez, el Valladolid fue carne de Segunda. Como dice Clemente, "la cosa está difícil" pero el Valladolid sigue vivo. No es poco.

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