Reclaman mayor formación para practicar montañismo y evitar muchos accidentes

Valladolid.- Una mayor formación técnica de los aficionados a la montaña es precisa para la práctica del montañismo y evitaría muchos de los accidentes que en ésta se producen, el último de ellos ayer en el Pico Espigüete, en Palencia, donde murieron dos montañeros, con los que son cinco los muertos este año en Castilla y León.

Según la Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo de Castilla y León no se debe practicar nunca el montañismo solo, es preciso tener en cuenta estrictamente las advertencias meteorológicas, una buena preparación física y mental y sobre todo, mucha precaución, reduciría la siniestralidad en las montañas de Castilla y León, que desde marzo de 2009 se ha cobrado la vida de siete personas.

"A los que nos gusta la montaña, creemos que no va a poder con nosotros", ha advertido en declaraciones a EFE Carmen Rodríguez, presidenta de la Federación.

Para Carmen Rodríguez, las imprudencias que se comenten en medios naturales, tanto en invierno como en verano, se corregirían con unos cursos básicos en los que se "inculca la autoseguridad".

Un montañero formado se diferencia de uno que no lo está en que el primero "cuando estima un riesgo, se retira", mientras que el segundo tienta a la montaña, experiencias que en algunos casos se paga con la propia vida o la del compañero, ha señalado.

"La montaña es traicionera", ha asegurado Rodríguez, al explicar que a más de quinientos metros de altura las condiciones meteorológicas, el ablandamiento del hielo y los aludes pueden causar una catástrofe.

No sólo las situaciones adversas en invierno son los grandes hándicap de este deporte "individual", sino que la masificación de espacios naturales en verano deja imágenes tan sorprendentes como una chica en tacones por una senda de la sierra de Gredos en Ávila, ha comentado Rodríguez.

La Montaña Palentina, escenario de la mayoría de los accidentes, esta formada por conjuntos de "alta dificultad, dependiendo de sus caras", por lo que Rodríguez ha considerado imprescindible el conocimiento de uno mismo para decidir si se está preparado o no.

Ha instado a sus compañeros de afición a seguir las advertencias sobre el clima que ofrece periódicamente el Gobierno y ha recordado que este fin de semana, en el que dos personas tuvieron un accidente en la cara norte del Pico de Espigüete (Palencia) y que hoy han sido halladas sin vida, "no sólo no estaba recomendado sino que estaba contraindicado" para practicar el montañismo.

Según las observaciones de la Federación, en los últimos dos años la siniestralidad en la montaña ha aumentado en Castilla y León y esta comunidad ya ocupa los primeros puestos en la lista de accidentes en la montaña.

A su juicio, en otras comunidades existe otra mentalidad, como por ejemplo en Cataluña, donde hasta para recoger setas se organizan en grupo de montaña o en Aragón, comunidad en la que pertenecer a un club de montaña es una costumbre.

Sin embargo, en Castilla y León de unas veinte mil personas que van a la montaña, se calcula que sólo seis mil están federadas, y de éstas el cincuenta por ciento solamente se federan por los beneficios que aporta la inscripción.

Al menos siete personas han fallecido en las montañas de Castilla y León desde marzo de 2009 y más de cincuenta personas han sido rescatadas tras sufrir un accidente mientras practicaban este deporte, según los datos consultados por la EFE.

En mayo del pasado año, un montañero de 32 años perdió la vida al sufrir una caída cuando trataba de escalar el Pico Cerroso, en el término municipal del Crémenes (León).

Un hombre de cincuenta años falleció en agosto de 2009 por causas naturales mientras paseaba por una ruta de la sierra de Gredos, en Hoyos del Espino (Ávila).

En lo que va de año, cinco personas fallecieron practicando montañismo en la Comunidad, todas en la Montaña Palentina, los últimos dos personas de 34 y 35 años en la cara norte del Pico Espigüete; a finales de enero dos hermanos nacidos en Bilbao que se encontraban escalando el Pico Curavacas y una montañera madrileña de 42 años murió el 23 de enero tras despeñarse por un barranco en la cara noroeste del Pico Espigüete, en Cardaño de Abajo.