Una lucha de golpes ganadores, profundos y fuertes fue el partido entre Djokovic y Tsonga. Ninguno de los dos parecía dar su brazo a torcer hasta que Tsonga, al que le gusta que le comparen con Muhammad Alí, se repuso de un paupérrimo primer set y se vio capaz de remontar un partido muy difícil.
El primer set apenas duró 21 minutos. Parecía que sólo había un jugador sobre la arcilla de la Phillipe Chatrier. Djokovic dominaba a placer a un Tsonga lento, que llegaba tarde y que no sabía por dónde le venían las pelotas. Con un 6-1 cerró el primer parcial el serbio, haciendo presagiar un partido rápido.
La segunda manga siguió el mismo guión, con la rotura inicial de Djokovic. En poco más de media hora, el serbio e había llevado un set y tenía encamido el segundo. En ese momento, cuando peor lot enía, Tsonga soltó el brazo y comenzó a conectar sus mejores golpes.
El dominio del partido se alternaba de un lado al otro, aunque en muchos puntos de poco servía el servicio. Ambos golpeaban duro a la bola, bien con la derecha, bien con el revés. En ese momento, Tsonga rompió el saque por primera vez a su rival e igualó el set.
El galo logró el undécimo juego, obligando a Novak a ganar su saque para enviar el set al tie break. Sin embargo, Tsonga jugó muy bien al resto y logró igualar el partido.
Ninguno de los dos aminora
Así las cosas, se llegaba a un tercer set en el que ninguno de los dos quiso dar su brazo a torcer. Cada punto costaba sangre, sudor y lágrimas. Los descansos entre punto y punto se alargaban porque ambos necesitaban tomar aire. El cansancio fue uno de los factores que llevó a Tsonga a perder su saque nada más comenzar el set, pero el galo hizo el contra-break y devolvió la igualdad al luminoso.
De nuevo se llegaba al final del set con Tsonga al resto en el penúltimo juego. Y, de nuevo, el francés era capaz de llevarse el juego definitivo. Djokovic empezaba a desesperarse mientras la grada se volvía una auténtica fiesta.
A partir de ahí el serbio no podía fallar. Él lo sabía y lo asumió como gran campeón que es. Ni siquiera la presión le pudo y logró llevarse todos los saques del cuarto set, salvando varias bolas de break y hasta cuatro de partido. Lo malo para él es que Tsonga también, mandando el set al tie break.
En la muerte súbita, el francés no fue capaz de cerrar el partido. Llegó a tener dos puntos de ventaja, pero Djokovic no se rindió e igualó el marcador a 6, momento en el que se produjo el segundo cambio de campo. A partir de ahí Tsonga lanzó una bola larga y Djokovic aprovechó su saque para finiquitar el set.
El factor psicológico
Como suele suceder en estos casos, el jugador que viene remontando le tiene la moral ganada al rival. Así, Tsonga empezó el quinto set con la cabeza aún en los cuatro puntos de set que desperdició en la manga anterior.
Djokovic lo aprovechó para comenzar a sumar puntos y romperle el saque a las primeras de cambio. En un abrir y cerrar de ojos, el marcador reflejaba un 3-0 que le ponía muy cuesta arriba el partido al galo. Al final, el número uno del mundo acabó cerrando el partido con un tanteo de 6-1 en el definitivo set.
En las semifinales se las verá con Roger, en la que será la repitición del partido del año pasado.
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