El cura del Sporting no volverá a rezar en el vestuario por orden de Rubi

  • Fernando Fueyo no pudo entrar a dar el último apoyo a los jugadores, algo que se había convertido en una costrumbre con Abelardo cada domingo que el equipo jugaba en El Molinón.

    El Capellán admite que está pasando unos "días tensos" pero desea a Rubi "todos los éxitos del mundo porque no viene bien a todos".

Rubi expulsa del vestuario del Sporting al cura que rezaba un padre nuestro
Rubi expulsa del vestuario del Sporting al cura que rezaba un padre nuestro
Víctor Gil

Fernando Fueyo, el capellán del Sporting en los últimos 20 años, se quedó fuera del vestuario de El Molinón en el partido ante el Alavés por orden expresa de Rubi, el entrenador del equipo asturiano en sustitución de Abelardo.  Fueyo es toda una institución en Gijón y acompaña a la primera plantilla todos las temporadas a Covadonga para ofrecer a La Santina un balón y una camiseta. Sin embargo, el técnico catalán ha decidido cambiar varias costumbres del club, como el banquillo (ahora se sientan en el que antes era para el visitante) o la de que nadie tenga contacto con los jugadores antes de los partidos.

El pasado fin de semana, ni los médicos, ni el delegado ni el propio Fernando Fueyo pudieron acompañar a los jugadores en los instantes previos al inicio del partido, ya que Rubi piensa que es la mejor forma de que se centren en su mensaje y no pierdan la concentración. El capellán rezaba un padre nuestro antes de cada partido del equipo asturiano en los partidos de Abelardo como entrenador. Era respetado por todos los jugadores, sin distinción de raza o religión. Todos los jugadores se abarzaban mientras escuchaban el rezo y después formaban una piña en el centro del vestuario para gritar "1,2,3, Sporting". Un momento inolvidable para muchos de los que han pasado por allí y para los aficionados.LINVID20170209_0020

Fernando Fueyo ha hablado con EL COMERCIO y reconocido que esta viviendo unos "días tensos, pero menos de lo que la gente cree. No le he dado demasiada importancia. Los curas estamos obligados a obedecer. Me extraña y lo acepto. Antes era la misa, con el equipo, y ahora era el padre nuestro".

Ha añadido que "un poco sí que duele. No tenía ganas de hablar de ello, pero me he dado cuenta del cariño que me tiene la gente. Está todo el mundo extrañado con la decisión. A Rubi le deseo todos los éxitos del mundo porque no viene bien a todos".

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