Belgrado.- Las autoridades de Serbia se sienten avergonzadas por la violencia de los hinchas radicales serbios en Génova, que obligó a suspender un partido de fútbol con Italia, y creen que entre los grupos ultras existe una campaña para sabotear el acercamiento del país a la Unión Europea (UE).
"Alguien quiere decirnos que Serbia no está ni preparada ni madura para Europa", declaró el secretario de Estado en el Ministerio de Justicia, Slobodan Homen.
Explicó que se tratan de grupos ultranacionalistas organizados que tienen como objetivo bloquear los cambios en Serbia.
Las sucesivas guerras que fragmentaron Yugoslavia sirvió de caldo de cultivo para la expansión del nacionalismo serbio, pero desde la caída de Slobodan Milosevic en 2000, los sucesivos Gobierno serbios han emprendido un acercamiento a la UE.
En declaraciones a la emisora serbia B92, Homen indicó que "no se trata de individuos ni niños que quieren protestar contra el Gobierno" sino de "grupos organizados que tienen el apoyo financiero de alguien".
La prensa menciona como una de esas fuentes al narcotraficante, Darko Saric, prófugo de la Justicia serbia, del que se aseguraba que dirigía amenazas contra políticos que lideran la lucha contra el crimen organizado.
El encuentro Italia-Serbia de la fase de clasificación de la Eurocopa 2012, que se tenía que disputar anoche en Génova (Italia), tuvo que ser suspendido al poco de empezar debido a los graves incidentes que causaron en las gradas centenares de ultras serbios.
Antes de su llegada al campo, ya habían protagonizado una verdadera batalla campal al lanzar piedras y petardos contra las tiendas del centro de Génova y contra las fuerzas del orden.
También intentaron agredir al guardameta serbio, Vladimir Stojkovic, amenazado de muerte en varias ocasiones por "traidor", al haber pasado del Estrella Roja al club rival, el Partizan.
El ex futbolista serbio Savo Milosevic dijo que "alguna gente usa el deporte para lograr sus objetivos"."Esto ha sido una vergüenza, y la agresión contra Stojkovic por el cambio del club es un indicador muy serio de lo que algunos son capaces de hacer", dijo.
El presidente de la Federación Serbia de Fútbol (FSS), Tomislav Karadzic, aseguró que se trataba de "una vergüenza" y "un ataque al Estado", y pidió al Gobierno que tomase cartas en el asunto.
El pasado domingo, en Belgrado, más de 6.000 manifestantes extremistas, en su gran mayoría jóvenes, demolieron el centro de la capital y atacaron durante varias horas con piedras, bengalas, objetos incendiarios, palos y ladrillos a la policía, que protegía la primera marcha del Orgullo Gay.
Casi 150 policías fueron heridos y unas 250 personas fueron detenida, entre ellos uno de sus supuestos organizadores, Mladen Obradovic, de la organización ultraderechista "Obraz".
El año pasado, la Fiscalía serbia pidió la prohibición de varias organizaciones ultraderechistas por actitudes xenófobas y homófobas, y de 14 subgrupos de hinchas extremistas violentos de los clubes belgradenses Estrella Roja, Partizan y Rad.
La petición tuvo lugar después de una serie de amenazas y actos violentos de esos grupos, entre ellos la muerte de un joven francés, apaleado de forma brutal en septiembre de 2009 en Belgrado, horas antes del partido entre el Partizan y el Toulouse galo.
Por su parte, el sociólogo Vladimir Vuletic declaró que los desórdenes del domingo con un acto bien pensado contra el Estado, y aseguró que "el problema es que alguien piensa que puede determinar la política en Serbia a la fuerza e independientemente de las instituciones políticas y la voluntad de la población".
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