Un portaaviones: la tierra se queda pequeña para la Vuelta

  • A la Vuelta le ha llamado hoy la Marina, la tercera etapa ha salido desde un portaaviones de la Armada donde el "comandante" Alejandro Valverde, que ayer tomó el mando de la carrera, se ha fotografiado a los mandos de un caza poco antes de que una exhibición aérea provocara que todo Cádiz mirase al cielo. La Vuelta sigue innovando.

José Anselmo Moreno

Cádiz, 25 ago.- A la Vuelta le ha llamado hoy la Marina, la tercera etapa ha salido desde un portaaviones de la Armada donde el "comandante" Alejandro Valverde, que ayer tomó el mando de la carrera, se ha fotografiado a los mandos de un caza poco antes de que una exhibición aérea provocara que todo Cádiz mirase al cielo. La Vuelta sigue innovando.

Todo ha sido especial esta mañana en la enésima "vuelta de tuerca" a las novedades. Mientras los aviones dibujaban en el aire líneas imposibles llegaba (casi no llega) el Sky de Chris Froome. El equipo británico "arribó" tarde al punto de encuentro y tuvo que firmar en la planta baja del portaaviones.

Los corredores portaban hoy su cámara como si fueran a visitar un museo. Se hacían fotos y vídeos entre ellos. Lo nunca visto. Tras descender del buque, adonde el pelotón se "encaramó" en una plataforma elevadora, los ciclistas afrontaban tres puertos pero no de mar sino de montaña. Pasaron en un instante de marineros a bordo a "ejército" de tierra. La batalla de hoy era rodante.

En Cádiz, donde no pisaba la Vuelta desde 1998, nadie se podía resistir al escenario que hoy ha tomado prestado la ronda española. Desde el buque se veía la Bahía de la Tacita de Plata y al lado del portaaviones estaba un crucero de Royal Caribean a punto de zarpar. Buques de guerra y de ocio juntos. Llamativo, al menos.

La maquinaria de la Vuelta hoy ha sido más "pesada" que nunca. El buque anfibio Juan Carlos I es el mayor barco de guerra de la Armada Española, con 230 metros de largo. Hizo escala ayer en el Puerto de Cádiz, a las órdenes del comandante Gonzalo Sanz Alisedo, y pudo ser visitado en una jornada de puertas abiertas multitudinaria.

Este portaaviones nunca ha entrado en misión de guerra pero sí era hoy el principio de una batalla, la de la tercera etapa de una Vuelta a España que sigue captando la atención y tirando de originalidad. Las ideas no se acaban.

Y es que, en los últimos años, una contrarreloj nocturna en Sevilla, una salida desde el circuito del Jarama, una llegada a la plaza de toros de Pamplona o el inicio desde una batea en Galicia pueden sumarse a esta inédita salida desde un portaaviones de la Armada española.

A bordo tuvo lugar el punto de encuentro y todos los actos propios de un inicio de etapa. Los corredores rodaron sobre la lanzadera en que despegan y aterrizan los aviones y, a través de una plataforma, bajaron a tierra firme.

El buque LHD (Landing Helicopter Dock, según denominación de la OTAN) zarpará, tras su protagonismo en la Vuelta, hacia la Base Naval de Rota. El portaaviones lleva a bordo una representación de vehículos del Tercio de Armada, así como una Unidad Aérea embarcada compuesta por aviones Harrier AV-8 plus, y helicópteros de la Flotilla de Aeronaves de la Armada.

Con esta iniciativa, la Vuelta busca seguir llamando la atención. Una muestra más de que la ronda española continúa decididamente por las sendas de la innovación, la originalidad y la audacia. Y, precisamente, este afán por innovar lo alabaron hoy Javier Mínguez y José Luis López Cerrón, seleccionador y presidente de la Federación de Ciclismo, respectivamente.

Ambos se despedían esta mañana de la Vuelta a España y regresaban a Valladolid, pero antes reflexionaron sobre el futuro de su deporte. Así, Cerrón aseguró a Efe que el ciclismo español se enfrenta a una especie de "tapón" que impide pasar a los jóvenes valores al campo profesional ante la falta de equipos.

De hecho esta Vuelta, que hoy ha salido presidida por una gigantesca bandera de España, la del buque Juan Carlos I, es la ronda con menos ciclistas españoles de la historia (24 corredores).

El hecho de que Euskaltel haya desaparecido y que ahora vengan equipos australianos o de Sudáfrica ha hecho que ese pelotón que hoy ha partido desde el buque español más grande sea, paradójicamente, menos español que nunca. De los 198 ciclistas inscritos, poco más del diez por ciento son nacidos en España.

Sin embargo, hay menos corredores nacionales pero más expectación que ningún otro año. Sin duda. La Vuelta ha adelantado las fechas con el objetivo de captar la atención de veraneantes y aunque el inicio de esta edición convive con el arranque de la Liga de fútbol, y eso resta focos, las calles de Cádiz durante la salida eran un inmenso "mar" de aficionados. Un mar por delante y otro por detrás de los ciclistas. La tierra se queda pequeña para la Vuelta.

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