Sete Lagoas (Belo Horizonte, Brasil), 10 jun.- La selección uruguaya, cuarta clasificada en la pasada Copa del Mundo, fue recibida en Sete Lagoas, a unos 70 kilómetros de Belo Horizonte, a ritmo de samba.
La plantilla que dirige Óscar Washington Tabárez, que ya fue arropada por numerosos hinchas a su salida de Uruguay, se encontró con un caluroso recibimiento en Brasil.
En el aeropuerto mineiro, al que llegó sobre las 18.00 hora local, el campeón sudamericano se topó con el "fantasma del Maracanazo", un aficionado de 63 años, que ataviado con una sábana y la bandera uruguaya, se encargó de recordar a los jugadores que llegan a un país que, más de medio siglo después, aún tiene muy presente el mayor desastre del fútbol brasileño.
Y no fue menor el agasajo en el NJ Resort, donde la Celeste fijará su cuartel central durante el Mundial 2014. No faltaron ni los tradicionales bailes brasileños, ni una batucada y hasta salieron a recibir a los jugadores la reina y la princesa del Carnaval de Sete Lagoas, Samantha Pereira y Flavia Kelby.
La presencia de la selección uruguaya, que aún mantiene la duda sobre si podrá contar en plenitud física con su estrella Luis Suárez, ha levantado una gran expectación en Sete Lagoas, como pudo comprobarse hoy cuando numerosos aficionados se agolparon para conseguir alguna de las 5.000 entradas para los entrenamientos de la plantilla celeste que ha repartido la prefectura (alcaldía).
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