Valencia 1-1 Barcelona: Santi Mina deja al líder en fuera de juego

    • Anotó el tanto del empate a falta de cinco minutos del final después de que Luis Suárez hubiera adelantado a los de Luis Enrique gracias a un tanto que no debió subir al marcador.
    • El uruguayo debió ser expulsado por propinar un pistón a Abdenour en la segunda mitad.
Santi Mina hizo el tanto del empate a falta de cinco minutos. / AFP
Santi Mina hizo el tanto del empate a falta de cinco minutos. / AFP

No defraudó el partido en Mestalla. Santi Mina dejó la Liga en un pañuelo con un tanto en los últimos cinco minutos de partido que premió el esfuerzo de un Valencia que dio la cara y aguantó las embestidas de un Barcelona que se adelantó gracias a un gol de Luis Suárez en fuera de juego. Los culés tuvieron las mejores ocasiones del partido y perdonaron a un conjunto ché que aprovechó una de las pocas ocasiones que tuvo en un enorme partido de fútbol que deja la Liga BBVA en un pañuelo.Y es que a día de hoy en el fútbol mundial hay dos cosas obvias. Una es que el Barcelona, el equipo más en forma del momento, tiene el ataque más brutal del mundo y otra que darle espacio a su delantera es una de las mayores temeridades que puedes cometer si aprecias tu vida. Dejar verde para que corran Neymar, Messi o Luis Suárez es una enorme osadía. Y el Valencia dio cuenta de ello en cinco minutos donde estuvo jugando a la ruleta rusa. Después mejoró y se estabilizó pero el sopapo pudo ser de órdago.Apenas se había visto la nueva disposición táctica de Voro (Parejo como primer pivote con Danilo como volante para mejorar la salida de balón ) cuando Neymar se escurrió por la derecha para enviarle un balón de gol a Messi. Pero falló. Sólo un minuto más tarde, Neymar volvería a correr desde la derecha para plantarse solo ante Jaume pero también erró. Su disparo se fue alto y el público de Mestalla se llevó las manos a la boca no sé sabe si del asombro o para empezar a chiflar. Puede que fuera demasiado pronto para lo segundo. Voro, apagafuegos y legendario jugador ché, merecía respeto y por ello la afición ché coreó su nombre en la seguna mitad.Y el hecho de haber sobrevivido a las dos primeras embestidas culés le dio confianza al Valencia. Como alguien que se levanta después de un fracaso, el conjunto ché comenzó a ver las cosas de otra manaera. Disfrutó más de la vida (o del partido). Y eso se reflejó sobre la hierba. Porque ahí desapareció el control del Barcelona y el conjunto de Voro cumplió su principal premisa: que aquí no pase nada. Sólo Neymar, que a día de hoy es el jugador más en forma del mundo, y lo sabe, creó incertidumbre con dos eslalons que uno acabó con un barullo en el área y otro con Luis Suárez mandando alto ante Jaume. Después el uruguayo tendría su segunda ocasión en un minuto pero intentó cederla de malas maneras ante el meta canterano. El Barcelona había vuelto a dar un golpe sobre la mesa. Y aún habría otra más. Jordi Alba apuró línea de fondo después de una buena jugada y el ex del Liverpool no llegó a meter la bota.Después de media hora de zozobra el conjunto culé entraba en liza para demostrar que a día de hoy es un equipo imparable.Pisotón y gol en fuera de juegoLa segunda parte fue de Luis Suárez. El uruguayo, que probablemente sea el mejor nueve del momento, volvió a mostrar al mundo sus cualidades excelsas como delantero y también un lado oscuro que le ha hecho pasar tiempo a la sombra. Corría el minuto 51 de juego cuando, después de encararse con Abdennour, se propinó un pisotón que Jaime Latre no vio pero las camaras de televisión, sí. Estas delataron al delantero en una imágenes que traerán cola. Minutos después, el ariete cuerpeó con el central marroquí y obró un golazo de bandera para adelantar al Barcelona. Era fuera de juego pero los asistentes de Jaime Latre tampoco lo vieron.Mermado por las bajas y la crudeza de un calendario que no perdona desmanes, el Valencia parecía no tener luz para crearle problemas al Barcelona en los minutos restantes. Aún había tiempo pero no quedaban fuerzas. O eso parecía. Pero en ocasiones, cuando no hay aliento basta con la fe. Santi Mina premió el pundonor valenciano en un contragolpe. El, probablemente, balón más importante de su vida quedó en sus pies y definió con aplomo a la derecha de Claudio Bravo. Más por coraje y orgullo que por otra cosa. Lo intentó hasta el último suspiró el Barcelona pero el destino estaba escrito. El Valencia se reencontró con su afición y la Liga BBVA queda en un pañuelo. El Barcelona perdonó y lo pagó.

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