Vallejo se impone a Topalov y se corona en un Magistral especial

  • El español Francisco Vallejo pudo, por fin, desquitarse en el Torneo Magistral Ciudad de León y se impuso al campeón mundial absoluto en 2005, el búlgaro Vesselin Topalov, tras derrotarlo por 3,5 a 2,5.

León, 10 jun.- El español Francisco Vallejo pudo, por fin, desquitarse en el Torneo Magistral Ciudad de León y se impuso al campeón mundial absoluto en 2005, el búlgaro Vesselin Topalov, tras derrotarlo por 3,5 a 2,5.

Vallejo releva en el palmarés del torneo al actual número uno del mundo, el indio Viswanathan Anand.

Vallejo, esta vez sí, remató a un rival poderoso, ya que en anteriores ocasiones en la cita ajedrecística leonesa el mallorquín se había quedado a las puertas de dar un susto ante alguno de los grandes jugadores mundiales a los que les hizo sufrir lo indecible, el actual campeón del mundo Anand o el subcampeón Boris Gelfand.

La victoria en un Magistral tan especial como el de éste año, donde se cumplen sus bodas de plata -25 años-, puede suponer un estímulo para el mejor ajedrecista español del momento que llegó a este compromiso tras concentrarse durante un mes en un castillo alemán junto con artistas e intelectuales, gracias a una beca para impartir sus conocimientos como gran estratega del tablero.

El jugador balear, de 29 años, que entra en la etapa que siempre se ha considerado más prolífica para los grandes maestros, no quiso especular pese a la diferencia con la que llegaba a la última jornada y aprovechó -con blancas- perfectamente las imprecisiones en la apertura de su rival.

Con un ataque potente presionó al búlgaro que intentó variar el rumbo de la partida con el cambio de damas, lo que le dejó en mala posición y lo acabó pagando con una derrota que ya otorgaba, sin tener que esperar al último choque, el torneo a Vallejo.

Vesselin Topalov, que venciera en los comienzos de su prometedora carrera en León en 1997, fiel a su estilo luchador quiso seguir plantando batalla para despedirse con el consuelo de un triunfo que buscó hasta lo indecible frente a un Vallejo sólido y que, sin arriesgar lo más mínimo también jugó sus bazas.

En este juego de maniobras y con posiciones muy cerradas tuvo que ser la postura corajuda del búlgaro la que buscara, sin desmayo, poderse despedir al menos con una sonrisa después de la derrota en el computo general del torneo, a lo que también contribuyó una inesperada estrategia de Vallejo que, lejos de forzar las tablas, puso en bandeja la victoria del rival en la despedida.

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