Tras el hundimiento de Lance Armstrong, continua el desmantelamiento de la trama de dopaje que ha asolado el ciclismo en los últimos años. Una docena de exciclistas del desaparecido Rabobank han explicado sus vivencias en una carta publicada por el diario NRC Handelsblad holandés: "De 1996 a 2012, la formación Rabobank trabajó con el dopaje".
Thomas Dekker es el único que ha querido revelar su identidad, ciclista que compite actualmente en el equipo ProTour Garmin-Sharp. Formó parte de Rabobank desde 2004 hasta 2008 y ha revelado lo siguiente: "Pensé que las transfusiones de sangre eran el camino hacia el éxito. Todos los grandes corredores lo hicieron. Un miembro del equipo me puso en contacto con un hombre que realizaba transfusiones sanguíneas. Tres veces he recibido una bolsa de sangre",
"Era muy fácil ser influenciado -explica el ciclista- el dopaje estaba muy extendido. Desde el equipo me deberían haber pedido paciencia y haberme dicho que me mantuviese lejos del dopaje. Pero no lo hicieron". Otro compañero que desea permanecer en el anonimato, afirma que "Rabobank había comenzado la práctica del dopaje en el 1996 porque todo el equipo trabajó con EPO y ya entonces estaba implantada en todo el pelotón".
Dekker desvela en la carta que "el dopaje era un modo de vida para muchos compañeros de equipo, compañeros de pelotón, y para mí mismo. No hubo ningún voto en contra. El dopaje era generalizado, era parte del trabajo. Era duro, tú entrenabas fuerte y estabas dispuesto a todo por la bici".
El holandés admitió haber usado EPO durante su carrera y llegó a ser vetado por dos años en 2009 cuando corría en Lotto, sin emabrgo, confiesa que "la práctica comenzó mucho antes", cuando pertenecía a Rabobank. "Con el dopaje tú podías hacerlo todo, pero de hecho, después de todo, no tenías nada. Pensaba que era el camino al éxito porque todos los grandes corredores lo hacían", asegura.
Tras 16 años, Rabobank dejó el patrocinio del equipo ciclista al conocerse la testificación de Levi Leipheimer a la USADA en el Caso Armstrong, en la que reconocía haberse dopado en el Rabobank. Varios corredores confirmaron después la versión de Leipheimer.
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