Venezuela saborea este viernes uno de sus mayores éxitos en fútbol al avanzar a cuartos de final de la Copa América Centenario con el gusto dulce de haber eliminado a Uruguay, uno de los históricos de la región.
La vinotinto se coló a una fiesta a la que no estaba invitada: los favoritos casi cantados eran México, ya clasificado, y Uruguay, máximo ganador de la Copa América con 15 títulos.
Las estadísticas actuales marcan una diferencia abismal con la celeste al tope de la clasificatoria al Mundial de Rusia-2018 con 13 puntos mientras que los llaneros cierran el premundial con apenas una unidad.
Pero en ese proceso no estaba Rafael Dudamel, el entrenador que intenta agregarle mística y concentración a futbolistas de buena técnica.
"¿Qué mejor escenario que jugar contra los mejores para revertir la situación? Nos tildaron de locos por decir que queríamos superar lo de Argentina-2011 (quedó cuarta) y ahí vamos. Los jugadores se están entregando en cuerpo y alma por esta camiseta y por este país", dijo Dudamel tras el triunfo 1-0 ante Uruguay.
Sin embargo, el exportero de la selección venezolana había comenzado bastante mal, sin triunfos en los cuatro amistosos que disputó la vinotinto desde que asumió en abril pasado.
El escepticismo de los venezolanos ya comenzaba a resurgir, cansados de repetir frustraciones en el fútbol y arrastrar el lastre de ser la única selección de la Conmebol que nunca clasificó a un Mundial y además, junto a Ecuador, que jamás logró una Copa América.
Hasta que el triunfo en el debut en Chicago ante Jamaica por 1-0 borró el gesto de desconfianza y la histórica victoria ante Uruguay se transformó en sonrisas.
Habitantes de algunas zonas de Caracas explotaron pirotecnia para celebrar la sorpresiva victoria, en medio de un clima de tensión por la delicada situación social y económica en el país.
El presidente Nicolás Maduro se disculpó ante el embajador de Bielorrusia que dirigía la palabra en un acto en la sede presidencial, para mostrar las imágenes del tanto anotado por el goleador Salomón Rondón en el Lincoln Financial Field de Filadelfia.
La jugada que derivó en el gol pudo haber sido por lejos el mejor de la Copa: Alejandro 'Lobito' Guerra despachó un misil de 50 metros que se estrelló en el horizontal y el rebote lo recogió Rondón para anotar.
El 'lobito' Guerra (Atlético Nacional de Colombia) y Rondón (West Brownwich de Inglaterra), son los experimentados pilares de Venezuela, junto al defensor Oswaldo Vizcarrondo (Nantes de Francia).
El conductor de la vinotinto, de 30 años, estaba atravesando una excelente temporada como líder del encumbrado Atlético Nacional colombiano que ha clasificado a semifinales de la Copa Libertadores de América y se perfila como serio candidato al título.
Y su gran momento lo está confirmando en la Copa América, guiando a un seleccionado equilibrado y contagiado de espíritu ganador.
El próximo desafío de los llaneros es intentar quedarse con el liderato del Grupo C en el partido entre clasificados que sostendrá el lunes próximo con México en Houston.
Un empate favorecerá a México que cuenta con mayor diferencia de gol (+4 y +2).
Antes del partido ante Uruguay, los jugadores venezolanos y Dudamel visitaron visitaron en Filadelfia el monumento a Rocky Balboa, el personaje de la saga de las películas que protagonizó Sylvester Stallone.
"Hoy se nos salió el Rocky que llevamos por dentro, ese capaz de luchar y nunca darse por vencido en su objetivo de ser el mejor", afirmó el orientador tras el encuentro.
Los próximos encuentros dirán si Venezuela da otro gran golpe, y de nocaut, en la Copa América.
ol/ma
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