Vitaly Scherbo: "No recuerdo estar nervioso en los Juegos Olímpicos"

Barcelona, 16 nov.- El exgimnasta bielorruso Vitaly Scherbo, la gran estrella de los Juegos Olímpicos de Barcelona'92, en los que se colgó seis medallas de oro, está de visita en la capital catalana, donde ha recordado su hazaña de hace 20 años y ha señalado que en ningún momento se puso nervioso.

En un encuentro con periodistas, Scherbo ha relatado cómo vivió aquellos días, aunque ha recordado que en esos instantes no fue consciente de lo que había conseguido.

"Ante una cita como esta, la gente normalmente se pone muy nerviosa. Pero nosotros teníamos un sistema de trabajo muy duro. Los nervios se van y los Juegos Olímpicos eran como un campeonato mundial o local. Nos enseñaban a salir a ganar", ha declarado Scherbo, que compitió bajo la bandera del Equipo Unificado, que reunía a algunas de las repúblicas exsoviéticas.

Para el exgimnasta, los antiguos métodos soviéticos eliminaban cualquier tipo de distracción porque su vida consistía únicamente en entrenar y competir, con mucho sacrificio, dejando de lado la familia o el ocio.

"Cuando te das cuenta de que eres ganador olímpico, no puedes describir ese sentimiento. No sabes ni siquiera qué sentir. La gente te decía lo que habías hecho y no te lo podías creer. Estas en otro mundo, fuera de la realidad", ha comentado el bielorruso, a quien todavía ahora le cuesta ser consciente de lo que consiguió.

Y lo que logró fue una de las mayores hazañas de la historia del olimpismo, al ganar seis medallas de oro -individual, equipos, caballo con arcos, paralelas, anillas y salto- en uno de los deportes estrella de todos los Juegos. Aún mantiene el récord de más medallas de oro ganadas en una única jornada, cuatro.

El deportista visita a Barcelona para recibir un homenaje coincidiendo con el 20 aniversario de los Juegos y para promocionar el XXXVI Memorial Joaquim Blume Trofeu Ciutat de Barcelona, que se disputa mañana, y que el propio Scherbo ganó en tres ocasiones.

Scherbo está afincando en Estados Unidos, en Nevada, donde regenta un gimnasio, además de poseer otros negocios, y todavía le llegan a la memoria numerosos recuerdos cada vez que escucha la palabra Barcelona, aunque cada vez menos.

De la ciudad, al margen de la competición, recuerda especialmente la Vila Olímpica, un salón donde jugaban a videojuegos y la fiesta de celebración por sus medallas, en una gran discoteca y con muchas gimnastas francesas, ha precisado entre risas.

Su pasión por la gimnasia no ha disminuido y en su faceta de entrenador ha destacado a un estadounidense que, en su opinión, tendrá mucho que decir en los próximos años; se trata de su alumno más aventajado, Nikita Volovtsky, que solo tiene 12 años.

"Está ganando a chicos de 15. Este tipo de gimnastas solo le llegan a un entrenador una vez en su vida. Es mejor que cuando yo tenía su edad", ha dicho sobre su pupilo.

Sin embargo, Scherbo ha querido dejar muy claro que, sin horas de entrenamiento, el talento natural no llega a obtener resultados y se tienen que aunar ambas cualidades.

"El talento sin trabajo no es nada. Puede ser talentoso como Dios, pero sin trabajo no significa nada", ha comentado. La unión de ambas cosas le permitió a él darle un buen futuro a su familia y a sus hijos.

De eso es de lo que parece mostrarse más orgulloso Scherbo, que con el paso de los años vive un vida plena en la que ha conseguido lograr sus objetivos, sin caer en las tentaciones de la fama.

"El dinero en ese momento no significa nada. Son papeles que se van muy rápido. Tienes que crear algo para el resto de tu vida. Yo tengo negocios al margen de la gimnasio y no estoy preocupado por mi futuro o el de mis niños. Disfruto de mi vida y mi familia", ha sentenciado Scherbo, con más kilos que hace 20 años, pero igual vitalidad y pasión por la gimnasia.