Wenger trata de aplacar las críticas contra un Arsenal humillado

  • La histórica derrota por 4-0 frente al Milán en los octavos de final de la Liga de Campeones devolvió a la realidad al técnico Arsène Wenger, que vive una de las temporadas más calamitosas desde que se puso al frente del Arsenal hace quince años y trata ahora de aplacar un aluvión de críticas.

Guillermo Ximenis

Londres, 16 feb.- La histórica derrota por 4-0 frente al Milán en los octavos de final de la Liga de Campeones devolvió a la realidad al técnico Arsène Wenger, que vive una de las temporadas más calamitosas desde que se puso al frente del Arsenal hace quince años y trata ahora de aplacar un aluvión de críticas.

El brasileño Robinho, el sueco Zlatan Ibrahimovic y compañía volvieron a poner en evidencia anoche las carencias de un equipo que rozó a principios de curso los puestos de descenso de la Premier League y que creía haber resurgido de sus cenizas al escalar de nuevo hasta las posiciones europeas de la tabla.

San Siro resultó un escenario funesto para los aficionados del Arsenal, que recordaron otro episodio que querrían borrar de su memoria reciente: el humillante 8-2 que el Manchester United les infligió el pasado 28 de agosto, uno de los castigos más severos que los "gunners" han recibido en sus 126 años de historia.

Wenger, de 62 años, no matizó el "desastre" que supone la derrota contra el Milán, el marcador en contra más abultado que el Arsenal ha cosechado en Europa hasta la fecha, y declaró que, en la práctica, están "fuera de la competición".

Las críticas contra el francés han sido afiladas, si bien se han centrado más en los fichajes que firmó este verano que en los aspectos tácticos del Arsenal que saltó anoche al césped de Milán.

Los medios británicos coinciden en constatar el declive de una plantilla que quedó tocada con la marcha del español Cesc Fábregas y el francés Samir Nasri en agosto, y que ni el refuerzo del también español Mikel Arteta en el centro del campo, ni la inspiración del holandés Robin Van Persie en la delantera, han logrado solventar.

Tras el fracaso en San Siro, un Wenger de aspecto cansado admitió que su equipo se mostró "pobre tanto en ataque como en defensa" y fue "superado por todas partes" por los hombres de Massimiliano Allegri.

En Londres no se especula con posibles recambios para el banquillo "gunner", pero sí se expresa preocupación por el futuro de uno de los pocos jugadores que se ha salvado de las críticas, Van Persie, de 28 años.

La pobre temporada del equipo del Emirates hace temer a los aficionados que el actual máximo goleador de la Premier, con 22 tantos, busque un futuro por su cuenta el próximo verano en un club que pueda asegurarle títulos, algo que hoy por hoy parece complicado en el Arsenal.

Los problemas que se viven en el Emirates Stadium tienen su reflejo en el oeste de Londres, en Stamford Bridge, donde el técnico André Villas-Boas afronta también el momento más duro desde que llegó a los "blues" este verano.

Una parte de la plantilla del Chelsea se ha posicionado en contra del proyecto deportivo del joven discípulo del madridista José Mourinho, de 34 años, que trata de imponer su autoridad en el vestuario de unos "blues" que han caído hasta la quinta plaza de la liga inglesa tras una serie de cuatro partidos sin ganar en liga.

A pesar de que en la prensa británica se han comenzado a barajar nombres para sustituir al portugués, la prueba de fuego para Villas-Boas, que determinará la decisión del magnate ruso Roman Abramovich sobre su continuidad en el banquillo, serán los octavos de final de la 'Champions' que jugará contra en Nápoles a partir de la próxima semana.

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