Y Magic Johnson unió a Artur Mas y Florentino

  • En un clásico intenso, en lo deportivo y lo ambiental, el epicentro estuvo en un palco de autoridades donde la anécdota sucedió cuando el exjugador estadounidense de baloncesto Magic Johnson unió durante unos minutos al presidente catalán, Artur Mas, y al del Real Madrid, Florentino Pérez.

Àlex Cubero

Barcelona, 7 oct.- En un clásico intenso, en lo deportivo y lo ambiental, el epicentro estuvo en un palco de autoridades donde la anécdota sucedió cuando el exjugador estadounidense de baloncesto Magic Johnson unió durante unos minutos al presidente catalán, Artur Mas, y al del Real Madrid, Florentino Pérez.

Instantes antes del encuentro, la estrella de los Lakers y del célebre 'Dream Team' de Barcelona 1992 estuvo departiendo con ambos dirigentes en el interior del palco. Pero fue al salir a la grada cuando Magic se mostró visiblemente impresionado con el ambiente de un Camp Nou a reventar. Una sonrisa enorme lo atestiguaba.

A pocos metros, Vitor Borba "Rivaldo" condensaba las miradas a su alrededor. El que fuera el Messi del Barça en una época menos victoriosa, no se cansó de firmar autógrafos a pequeños aficionados que no habían ni siquiera nacido cuando el brasileño desplegaba su prodigioso fútbol sobre el césped del Camp Nou.

En el césped, mientras, dos monarcas de este deporte se encajaban las manos. El sorteo inicial del árbitro también unió a los dos últimos ganadores del Príncipe de Asturias del Deporte, Xavi Hernández e Iker Casillas, capitanes de Barça y Madrid, respectivamente.

Desde las alturas, fue el presidente azulgrana, Sandro Rosell, el que tomó el testigo de Magic. A su derecha en el palco se sentaban Mas y el alcalde de Barcelona, Xavier Trias. A su izquierda, Florentino. Detrás, una constelación de autoridades políticas, económicas y de la sociedad civil.

Ahí estaba el exsecretario general de la OTAN, Javier Solana; el director de la oficina de la ONU del Deporte para el Desarrollo de la Paz, Poul Hansen; el fiscal jefe de Cataluña, Martín Rodríguez; el consejero de Cultura de la Generalitat, Ferran Mascarell; o representantes del empresariado catalán, como Enric Lacalle o Salvador Alemany.

Políticos en el palco y política en la grada, en un estadio con más banderas catalanas e independentistas de lo habitual y en el que el Barcelona organizó un mosaico con la "senyera" (bandera catalana) y la leyenda "Barça" con casi 98.000 cartulinas.

Pero el clásico es global y por eso pudieron verse también banderas de los países más variopintos. Cerca de 700 medios de comunicación estuvieron acreditados para un partido con una audiencia global estimada en 400 millones de espectadores.

También hubo lugar para la ironía. "Tito, tu ojo nos señala el camino", ironizaba una pancarta en la grada antes del partido, en referencia a la agresión de José Mourinho al técnico catalán hace un año. La afición se acordó poco del técnico madridista, no más allá del esporádico cántico del ya tradicional "Mourinho, vete al teatro".

Al portugués apenas se le vio fuera del banquillo, no así Tito Vilanova, más activo, especialmente en el primer tiempo, cuando a su equipo se le ponía el partido cuesta arriba.

"No puedo decir nada de Messi que no se haya dicho ya", decía el entrenador culé en la previa. Pero el argentino le dio más motivos aún cuando, con su segundo tanto, en una falta espectacular, hizo estallar de locura al Camp Nou.

De Cristiano a Messi en el primer tiempo y de Messi a Cristiano en el segundo. Fue un 'toma y daca' goleador en la lucha por el Balón de Oro que no quedará precisamente sentenciado, visto el papel de ambos, tras este partido. Los goles fueron al final la bandera de este primer clásico de la Liga.

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