BBVA, más optimista que el Gobierno, dice que España crecerá un 2,7% en 2017

  • El servicio de estudios de BBVA cree que la economía española solo reducirá cinco décimas su crecimiento para el próximo bienio.

    Además, calculan que se crearán casi un millón de puestos de trabajo en dos años, llevando la tasa de paro hasta el 15% al cierre de 2018.

BBVA, más optimista que el Gobierno, dice que España crecerá un 2,7% en 2017
BBVA, más optimista que el Gobierno, dice que España crecerá un 2,7% en 2017
L.D.

El servicio de estudios de BBVA mejora sus previsiones para España. Según el informe BBVA Research 'Situación España' presentado hoy estima que el crecimiento del PIB en 2017 será de hasta el 2,7%. Una versión más optimista que la ofrecida por el propio Gobierno, cuyas cifra para 2017 se quedaban en el 2,5%. La diferencia es incluso más amplia si se observan los datos de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La institución presidida por Christine Lagarde, a pesar de reconocer el buen momento por el que pasa a economía española, fijó el crecimiento para este ejercicio en el 2,3%, lo que supondría una desaceleración de casi un punto respecto a las cifras de 2016, cuando el crecimiento del PIB se quedó en un vigoroso 3,2%, misma cifra que en 2015.

El 2,7% no será exclusivo de 2017, ya que en 2018 se repetiría la cifra. Por lo que se intuye que el servicio de estudios de BBVA se desmarca de la corriente general. Mientras todas las autoridades gubernamentales y demás centros de estudios aseguran que la economía pegará un frenazo a partir de este año, BBVA Research niega la mayor.Incertidumbre por el Brexit, pero más exportaciones gracias a América Latina

Por otro lado, para el BBVA, la revisión al alza del crecimiento previsto de los principales socios comerciales, junto a las perspectivas de recuperación de algunas economías emergentes (principalmente en América Latina) auguran una mayor demanda de exportaciones, aunque se mantiene la incertidumbre respecto al impacto que pueda tener la salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit) y al futuro de la política de comercio exterior de Estados Unidos.

Este impulso exportador también favorecerá a la demanda interna (destacando la inversión) que, además, continuará viéndose impulsada por la mejora de sus fundamentos y el progreso en la corrección de los desequilibrios. El aumento de la demanda final se volverá a traducir en una expansión de las importaciones que, en todo caso, no impedirá que el bienio se cierre con una aportación ligeramente positiva de la demanda externa neta al crecimiento.El consumo de los hogares se desacelerará

El consumo de los hogares perderá dinamismo en 2017 y 2018, pero las perspectivas continúan siendo favorables. El repunte de la inflación moderará el ascenso de la renta disponible y de la riqueza inmobiliaria en términos reales, a pesar de la recuperación del empleo y del precio de la vivienda.

Por el contrario, se prevé que la contribución de la riqueza financiera neta al aumento del gasto de las familias sea mayor que en 2016, y que las nuevas operaciones de financiación al consumo sigan creciendo, apoyadas en unos tipos de interés oficiales todavía reducidos.

En consecuencia, se espera que el consumo privado se incremente el 2,5% este año, cinco décimas menos que en 2016, y el 2,4% el próximo. El crecimiento de la inversión en maquinaria y equipo se mantendrá en niveles elevados durante el bienio 2017-2018, aunque será previsiblemente menor que el observado desde el inicio de la recuperación.

A esta desaceleración contribuirán la menor demanda embalsada de maquinaria y equipo y la desaceleración prevista del resto del gasto interno. Asimismo, la normalización gradual de los precios del petróleo y de los tipos de interés, desde mínimos históricos, encarecerá marginalmente la financiación propia (vía ahorro) y ajena de los nuevos proyectos de inversión en los próximos años.

Por el contrario, la evolución esperada de la demanda de exportaciones seguirá apoyando con igual intensidad a la ampliación de la capacidad instalada. En balance, se espera que, tras tres años creciendo a una tasa media anual del 7,6%, la inversión en maquinaria y equipo se incremente a tasas del 4,1% y el 4,3% en 2017 y 2018 respectivamente.Aumenta la inflación y suben los precios

Durante los últimos meses los precios generales de los bienes de consumo han aumentado con fuerza dejando atrás el episodio de inflación negativa en el que se encontraba inmersa la economía española desde mediados de 2014.

Así, tras cerrar el 2016 con una inflación general del 1,6% en diciembre (-0,2% en el promedio del año), el indicador adelantado del Índice de Precios al Consumidor (IPC) señaló una aceleración de 1,4pp hasta el 3,0% en enero.

Detrás de este comportamiento se encuentra, principalmente, el repunte de los precios de la energía (cercano al 17% a/a en enero), que a su vez responde a tres factores: el efecto base generado por la caída registrada hace un año (-8,4% entre noviembre de 2015 y enero de 2016), la corrección al alza en el precio de las materias primas y, por último, la presión al alza en el precio de la electricidad (11,9% entre noviembre y enero), condicionada además por la meteorología adversa.  El mercado inmobiliario se recupera

El mercado inmobiliario continuará recuperándose durante los próximos años, apoyado en la buena salud de sus fundamentos. En este sentido, tanto el crecimiento del empleo como la evolución positiva, aunque menos dinámica, de la renta bruta de los hogares seguirán sustentando la inversión en vivienda.

Todo ello bajo unas condiciones financieras que, a pesar del aumento esperado del coste del endeudamiento a medio y largo plazo, se mantendrán relativamente favorables. Asimismo, las expectativas de los agentes en torno al crecimiento de los precios de la vivienda continúan consolidándose y las zonas de mayor actividad económica del país comienzan a evidenciar la necesidad de vivienda nueva.

En resumen, se mantienen prácticamente invariantes las perspectivas sobre la inversión en vivienda respecto al escenario descrito en la anterior edición de esta publicación. En 2017 el crecimiento de esta partida de la demanda será del 3,2% mientras que en 2018 repuntará hasta el 5,8%. El paro descenderá en un millón de personas en dos años

El informe, presentado por el economista jefe del Grupo BBVA, Jorge Sicilia, y el responsable de Análisis Macroeconómico de BBVA Research, Rafael Doménech, señala que en el primer trimestre de 2017 la recuperación avanza con un crecimiento trimestral del 0,8%, a un ritmo ligeramente superior al registrado en el cuarto trimestre de 2016, que se quedó en el 0,7%.

Los motivos de esta situación es que el escenario económico es "mucho más tranquilo" y en donde el "entorno de crecimiento mejora", con un crecimiento global que "se está acelerando", aunque la incertidumbre "sigue siendo elevada".

La tendencia de creación de empleo se mantendrá durante los dos próximos años,según BBVA Reserach. Tanto en 2017 y 2018 podrían crearse cerca de 920.000 puestos de trabajo y reducirse la tasa de paro al 15,8 % al final del bienio. Al cierre de este año debería quedarse en el 17,5%.La subida del salario mínimo dificulta el acceso al empleo para los más vulnerables

El incremento reciente del salario mínimo interprofesional (SMI) apenas condiciona las perspectivas del mercado laboral, pero sí puede dificultar el acceso al empleo de ciertos colectivos.

A partir de la Encuesta de Estructura Salarial se puede aproximar la proporción de asalariados de la industria, la construcción y los servicios que perciben un salario anual equivalente a jornada completa menor o igual al mínimo.

Los datos indican que la cifra de perceptores del SMI alcanzaría el 2,3% del empleo no agrario tras el aumento, lo que equivaldría al 0,7% de la masa salarial . Dada su escasa cobertura, el impacto del crecimiento del salario mínimo sobre el empleo y el PIB sería limitado.

"Nuestras estimaciones indican que la perturbación salarial tendría efectos imperceptibles a corto plazo. A largo plazo, el nivel de empleo sería entre una y dos décimas menor que en ausencia de la medida, mientras que el PIB se situaría en torno a una décima por debajo. No obstante, las repercusiones podrían ser mayores si la revalorización del SMI presiona al alza las demandas salariales del conjunto de trabajadores", explica el informe.

En todo caso, el impacto puede ser significativo para los trabajadores más vulnerables. La evidencia empírica para España24 indica que la empleabilidad de los asalariados jóvenes, de los mayores de 45 años, de las mujeres y de los menos cualificados, entre otros, se vería especialmente damnificada por el aumento del SMI.La recuperación económica ayudará a cumplir los objetivos de déficit público en 2017 y 2018

La información disponible sobre la ejecución presupuestaria del conjunto de las Administraciones Públicas confirma que la política fiscal en 2016 fue más expansiva de lo que se preveía a comienzos de ese año. Si bien se estima un ligero ajuste en la ratio de gasto sobre PIB en 2016, dicho ajuste habría tenido origen en la mejora del mercado laboral –que aminora el importe de las prestaciones por desempleo-, en los menores costes de la financiación y en el ajuste de la inversión pública durante el segundo semestre de 2016.

Por el lado de los ingresos, las medidas adoptadas en el último trimestre del año compensaron la caída estructural de la recaudación por impuestos directos, derivada de las rebajas tributarias de 2015 y 2016. Como resultado, 2016 habría cerrado con un déficit en torno al 4,4% del PIB (excluidas las ayudas a entidades financieras), lo que supone una reducción de siete décimas del PIB y que se suma a la caída de casi seis puntos porcentuales en el último quinquenio.

A lo largo del bienio 2017-2018, el ciclo económico continuará aminorando el déficit, tanto por el efecto de los estabilizadores automáticos como por una menor carga de intereses –dadas las caídas en los tipos en los ejercicios pasados- y de las prestaciones sociales (desempleo fundamentalmente).

Por su parte, la subida impositiva incidirá positivamente en los ingresos estructurales de las administraciones. Así, dadas las políticas anunciadas hasta el momento, el déficit se reduciría hasta situarse en torno al 3,1% del PIB en 2017 y el 2,2% del PIB en 2018, en línea con los objetivos de estabilidad requeridos por la Comisión Europea.

¿Y los riesgos?

Si bien las previsiones para 2017 se corrigen al alza, los riesgos externos e internos persisten. A nivel externo, se mantiene la incertidumbre en torno al posible auge de medidas proteccionistas que limiten la incipiente recuperación del comercio global.

En este sentido, aún se desconoce el recorrido que finalmente tomará tanto la política de comercio exterior de EE. UU., así como la evolución y los resultados de las negociaciones para materializar la salida del Reino Unido de la UE.

Por otro lado, las citas electorales en algunas de las principales economías de la zona euro a lo largo de 2017 (Países Bajos en marzo, Francia en abril y Alemania en septiembre) suponen una incógnita adicional en el panorama exterior. En el entorno doméstico, la incertidumbre sobre la política se moderó a lo largo del segundo semestre de 2016.

Según el BBVA Research, las últimas modificaciones realizadas sobre el Impuesto de Sociedades, que en algunos puntos rectifican cambios que se habían aprobado en los últimos años, aumentan la desconfianza sobre la estabilidad de la política tributaria y, por tanto, podrían afectar decisiones de inversión de largo plazo.

Asimismo, aunque se estima que el impacto del crecimiento del salario mínimo sobre el empleo y el PIB será inicialmente limitado, pondrá a prueba la flexibilidad salarial lograda tras la reforma laboral de 2012. En particular, no se puede descartar que la medida presione al alza las demandas salariales del conjunto de trabajadores, lo que afectaría a la creación de empleo y podría aumentar la desigualdad entre aquellos que tienen un puesto de trabajo y los que no.

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