MARÍN QUEMADA DENUNCIA QUE LA SEPARACIÓN DE LA CNMC TRATA DE “ENMASCARAR” EL DEBATE SOBRE LAS COMPETENCIAS DEL SUPERVISOR

El presidente de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), José María Marín Quemada, denunció hoy que la discusión sobre el modelo de la institución es “una cortina de humo para enmascarar la cuestión nuclear, que son las competencias del supervisor”.
Así se expresó Marín Quemada en la sesión de clausura de unas jornadas organizadas por el Club Español de la Energía sobre los organismos de competencia, donde defendió la labor llevada a cabo por la CNMC desde su creación en 2013.
En cuanto a sus competencias, defendió que “es indispensable que los reguladores sean fuertes, independientes y con capacidad de decisión en aspectos fundamentales” y advirtió de que “España se está quedando rezagada en este proceso”.
A este respecto, recordó que la CNMC tiene pendiente recibir algunas competencias garantizadas por el ordenamiento comunitario y que por ello el reino de España tiene abierto un proceso en la Comisión Europea.
Algunas de estas competencias son la determinación de los peajes eléctricos o la distribución del espectro radiológico. Según Marín Quemada, se trata de aspectos que deben estar “al margen de lo político porque es algo que deben ser decisiones técnicas”.
Por otro lado, defendió la validez del modelo de supervisor único porque actualmente “los límites sectoriales se difuminan”, ya que las empresas ofrecen multitud de servicios y productos.
En este contexto, para Marín Quemada, la CNMC “Tiene ventajas evidentes, puesto que está especialmente adaptada a una realidad multifacética y plural a la que los reguladores y el Gobierno tienen que enfrentarse en el día a día”.
“La CNMC tiene más músculo que cualquiera de las instituciones que le precedieron y más que todas juntas”, prosiguió Marín Quemada, quien añadió que “no creo que la eficacia y el poder de actuación de organismos potentes sea un problema para nadie”. Además, advirtió de que “cualquier cambio de modelo debe tener en cuenta los costes de transición, también en términos reputacionales y de eficacia”.
Por todo ello, defendió que en lugar de cambiar el modelo se debe tratar de mejorar la CNMC haciendo “ajustes finos derivados de la experiencia y exigidos por el mercado”. “Es infinitamente más fácil que plantear cambios complejos”, sentenció Marín Quemada, que pidió “darle esas competencias para favorecer su independencia contra nadie y a favor de todos”.

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