Draghi, una de cal y otra de arena: da alas al ladrillo y pide recortes a la banca

  • El presidente del BCE, Mario Draghi, ha descartado una nueva burbuja inmobiliaria y apuesta por mantener la actual política monetaria.

    Asimismo, durante una conferencia en Madrid, ha pedido a los bancos europeos que reduzcan aún más sus estructuras. 

Mario Draghi durante su intervención en el Banco de España
Mario Draghi durante su intervención en el Banco de España
EFE

El presidente del BCE, Mario Draghi, ha participado en la Conferencia de Estabilidad Financiera organizada por el Banco de España en Madrid donde ha dado una de cal y otra de arena al sector financiero europeo. Durante su intervención, el italiano ha subrayado que no ve riesgos ni en el sector inmobiliario ni en el crediticio, con un aumento razonable de los precios residenciales que no implican desequilibrios, aunque sí ha identificado zonas que "hay que vigilar de forma estrecha", dada la gran heterogeneidad en la eurozona.

La tolerancia al riesgo "sigue estando muy presente", ha sostenido el presidente del BCE, y los bancos siguen siendo "prudentes a la hora de analizar créditos y conceder préstamos”. En este sentido, ha indicado que “en el último trimestre de 2016, los préstamos para adquirir viviendas han aumentado en un 2,7%, muy por debajo de la tasa del 12% registrada en el periodo previo a las crisis. En el mismo trimestre, los precios de las propiedades inmobiliarias crecieron en un 3,8%. Aunque los precios van cobrando impulso, no hay señales de desequilibrio", dijo.

Sin embargo, ha considerado que los bancos de la Unión Europea no han tomado las medidas suficientes para impulsar la rentabilidad del sector. “Déjenme subrayar que hay un amplio margen para una parte del sector financiero de mejorar la eficiencia incrementando los esfuerzos para recortar los costes orgánicos: la eficiencia de los bancos de la zona euro no ha mejorado desde 2010 en comparación con otros grupos financiaros internacionales”, ha indicado.

No es la primera vez que el BCE reclama nuevas fusiones y una mayor integración del sistema bancario europeo. El mismo día que Mario Draghi hablaba en Madrid, Peter Praet, miembro del comité ejecutivo de la institución europea volvió a repetir el mismo mantra en Bulgaria. “Los bancos europeos tienen que moverse hacia un modelo más sostenible”, apuntó en Sofía.

En este sentido, creemos que una consolidación transfronteriza tiene un papel importante que jugar”, recalcó Praet. “Es importante, para cosechar economías de escala, apoyar la integración de los mercados de crédito minorista sin crear problemas de competencia. Esto también aumentaría la resiliencia de la economía europea al compartir los riesgos”. Unas palabras que llegan, al mismo tiempo, que se decide el futuro del Banco Popular, que se debate entre un aumento de capital o la opción más probable: que acabe en manos de Bankia o de Santander.

Es decir, el BCE quiere más “bancos paneuropeos”, en palabras de Praet, para “mejorar la eficiencia y capacidad de resistencia de todo el sector”. Este aún tiene, a juicio del BCE, “una colección de sistemas bancarios altamente expuestos a las economías nacionales”. La solución, además de esa integración para resistir mejor tendría, también que “completar la unión bancaria”, con un sistema de garantías de depósitos compartido. “La situación actual, donde la supervisión es común, pero las consecuencias de los fallos bancarios siguen siendo predominantemente nacional, no debe durar”, argumentó.

La búsqueda de esa resiliencia tampoco es nueva. Hace unas semanas la reclamó también Yves Mersch, miembro del directorio del BCE. En su caso, indicó que, repartiendo riesgos, “los bancos estarían expuestos a una serie de riesgos más diversificados, serían menos vulnerables a las crisis financieras individuales de cada país”.Mantiene el pulso con Angela Merkel 

Asimismo, Mario Draghi ha aprovechado para hablar del impacto de sus estímulos sobre el negocio bancario y para mantener su pulso a la canciller Angela Merkel que ha criticado duramente la política expansiva del BCE, que consiste en dinero casi gratis y la inyección mensual de 60.000 millones de euros hasta al menos finales de 2017. Esta misma semana, la germana indicaba que el superávit por cuenta corriente alemán se debe a un euro “muy débil”, a causa del programa de política monetaria del BCE. Draghi ha contraatacado.

A juicio del italiano, los bancos también han sacado beneficio en su márgenes de la financiación barata, al tiempo que ha colocado al sistema bancario de la eurozona en una posición más fuerte que la previa a la crisis. El presidente del BCE ha recordado el impacto positivo de su política sobre las familias y empresas para garantizar una financiación suficiente que sostenga la recuperación.

A quienes le critican, especialmente desde Alemania, ha enviado un mensaje: "todos los bancos centrales saben que sus políticas tienen efectos secundarios", sin embargo la aplicación de estas medidas, han sido positivas y “han generado una mayor conciencia”, al respecto. Los pros, cree, superan los contras.

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