Ecologistas aseguran que el número de lobos muertos alcanza los 42 ejemplares, el doble de la cifra oficial

Ecologistas aseguran que el número de lobos muertos alcanza los 42 ejemplares, el doble de la cifra oficial
Ecologistas aseguran que el número de lobos muertos alcanza los 42 ejemplares, el doble de la cifra oficial
EUROPA PRESS
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Las asociaciones conservacionistas Ecologistas en Acción, Arca, Mortera Verde, Grupo Lobo de Euskadi y ASCEL (Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico) estiman que el número de lobos muertos en Cantabria en la temporada 2015-2016 alcanza "al menos" los 42 ejemplares, "el doble" del número oficial declarado recientemente por la Dirección General del Medio Natural.

Según afirman en un comunicado, ello ha supuesto la erradicación de al menos dos grupos familiares, el 17% de los grupos "censados" oficialmente. Además, supone que "se ha superado el máximo número de lobos abatidos por año de la última década".

Los colectivos ecologistas calculan que la administración habría autorizado y organizado cerca de 200 actuaciones de control letal de la especie, en algunos casos en lugares donde ni siquiera se había producido ni un solo daño a la ganadería.

A su vez advierten que la distribución espacial de estas muertes es "muy reducida" y que todos estos lobos habrían sido abatidos por disparo en apenas cuatro comarcas (Besaya, Campoo-Los Valles, Liébana y Saja-Nansa) en un área inferior a 1.200 kilómetros cuadrados.

Según los ecologistas, los municipios donde se habrían abatido un mayor número de lobos serían Polaciones, Hermandad de Campoo de Suso, Los Tojos, Pesaguero, Mazcuerras, Vega de Liébana o Cabezón de Liébana.

Añade que al menos 23 lobos habrían sido abatidos en la modalidad de rececho por algunos técnicos auxiliares del medio natural (TAMN) y jefes de comarca, "en algún caso presuntamente excediendo el cupo autorizado e ignorando las instrucciones dadas por sus superiores jerárquicos"; y otros 14 habrían muerto en batidas ordinarias de jabalí a manos de cazadores locales "produciéndose algunas muertes en batidas para las que no habría existido autorización expresa de control de lobo y en otras por excesos de cupo".

Según afirman, otros tres lobos más habrían muerto en batidas extraordinarias "en las cuales además se autorizó el uso de cohetes, artefactos expresamente prohibidos por la legislación vigente, y se invitó a participar en dichas actuaciones a personal laboral de las cuadrillas forestales, entre cuyas funciones no se encuentra la participación como monteros en batidas de caza"; y al menos dos habrían muerto furtivamente.

Los ecologistas agregan que "lamentablemente" han muerto ejemplares de distinta edad y condición, incluidos cuatro cachorros del año, pero también ejemplares adultos, lo cual implica una desestructuración de la población cántabra de lobos.

Explican que este hecho repercute de forma negativa, no sólo demográfica y genéticamente en nuestros lobos, sino que también es "una mala praxis de gestión si el objetivo es reducir los daños a la ganadería, como demuestran diversos trabajos científicos realizados en España".

De hecho, sostienen que la mortalidad provocada por el ser humano sobre los lobos de la región en este tiempo ha supuesto la erradicación de al menos dos grupos familiares, el 17% de los grupos "censados" oficialmente.

"Considerando que en el último censo de lobo realizado en Cantabria en 2013 se contabilizaron 12 manadas, algunas de ellas compartidas con otras comunidades autónomas, y que trabajos de campo han comprobado que el tamaño medio de un grupo reproductor de lobos en la cornisa cantábrica es de 3,1-4,4 no es difícil llegar a la conclusión de que más de 40 lobos muertos en un año es una magnitud con un impacto demográfico potencialmente muy elevado", denuncian.

Las asociaciones conservacionistas denuncian que las medidas de control letal sobre lobos se están aplicando de forma "generalizada" en Cantabria, y no excepcional como contempla la legislación, y aseguran que "adolecen de justificación ecológica, científica y socioeconómica, y no están sirviendo en absoluto para calmar los ánimos" de algunas organizaciones profesionales agro-ganaderas. "De hecho, más bien todo lo contrario", apostillan.

A su vez, hacen un nuevo llamamiento, tanto al director general del Medio Natural como al director de la Reserva de Caza Saja, para que se detengan los controles poblacionales de lobo en Cantabria y se hagan públicas tanto las resoluciones administrativas en las que se autoriza la muerte de lobos, como los datos de lobos muertos en la región "sin ocultar ningún detalle, como corresponde a una sociedad de la información pública y transparente del siglo XXI".

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