El Frob europeo pide ‘huchas’ en la UE y en los países para evitar otro ‘Popular’

  • La presidenta de la Junta de Resolución Europea considera "prioritario" identificar fuentes de liquidez privadas y públicas y apunta a los bancos centrales y a los Tesoros públicos.

    Señala entre las posibles herramientas al Fondo de Reestructuración común que deberá correr con eventuales compensaciones si los jueces apoyan a los inversores del Popular.

Bruselas defiende su decisión sobre el Popular pero no da luz al informe de Deloitte
Bruselas defiende su decisión sobre el Popular pero no da luz al informe de Deloitte

En la resolución del Popular todo se ejecutó a la perfección.., hasta que ha tocado extraer lecciones de la crisis. La presidenta de la Junta Única de Resolución (Jur), Elke König, considera ahora “prioritario” identificar fuentes “privadas y públicas” de financiación cuando una entidad se tambalee por axfisia de liquidez sugiriendo tres potenciales cauces: el Fondo de Resolución Común, los bancos centrales y los Estados.

El primero, el Fondo de Resolución común, es el vehículo construído en Europa para dar soporte a la Jur en las resoluciones de entidades y el que deberá correr con el coste de compensar a los accionistas y bonistas del Popular si el Tribunal de Luxemburgo les diese la razón o, incluso, si el informe de liquidación pendiente determina que habrían sido menos perjudicados de ir el banco a un concurso mercantil. Este informe es aún un misterio en contenido, plazo de ejecución y hasta por la consultora que debe elaborarlo y que, según algunas fuentes, será distinta a Deloitte, la firma que emitió la primera valoración.

El Banco Central Europeo (BCE) se encuentra en la diana porque, si bien suministró liquidez de emergencia al Popular, la línea resultó insuficiente. La línea de liquidez extraordinaria del Banco de España (ELA) apenas sofocó su sangría, al parecer por carecer la entidad de activos válidos o certificados en ese momento para llevar de aval a su ventanilla. Recibió un manguerazo de 3.800 millones, mientras que en la entidad defendían que presentaron activos valorados en 40.000 millones.

Tampoco contó con el apoyo del Gobierno, o los avales que el Tesoro sí expidió cuando el conjunto del sector financiero sufría la imposibilidad de financiarse en los mercados en el arranque de la crisis o el apoyo individual que daría a entidades como CCM. La ley de resolución de entidades ha mutado de forma radical para evitar quebrantos al erario público, pero en este caso las razones de la falta de apoyo que se barajan es que faltó tiempo -imposible tomar una decisión así, que debe pasar por un consejo de ministros, a contrareloj en una madrugada- o el endeudamiento del país lo desaconsejaba.Hemorragia de más de 18.000 millones

Sea como fuere, la Junta de Resolución, en plena diana judicial como responsable última del desenlace en el Popular, pone el acento en una falta de hucha que impidió dar alternativas a la entidad o siquiera venderla en una subasta competitiva porque no había hucha para contener su hemorragia -perdió más de 18.000 millones en seis meses-. “El problema de liquidez del banco se resolvió mediante la venta de la entidad a un comprador que tenía los medios y la voluntad de proporcionar la financiación necesaria”, pero ¿qué pasa en ausencia “de comprador fuerte”? planea König en un artículo divulgado en la web de la propia Jur.

La locuacidad de la alemana tampoco ayudó cuando en medio de las incertidumbres sobre el futuro del banco reconoció que el Popular estaba bajo la lupa del organismo que preside, contribuyendo al declive de la entidad en bolsa y a los reembolsos de depósitos en las ventanillas de sus sucursales. Después de eso, el celo del organismo ha sido tal que se resiste a divulgar el informe de Deloitte cuyas valoraciones del Popular sirvieron de base para decidir amortizar casi 4.000 millones en acciones y bonos de inversores, y para ejecutar la resolución, y ni siquiera ha desvelado qué firma elaborará el informe de liquidación donde se debe evaluar si los inversores habrían obtenido mejor trato de ir a la liquidación.

Sin embargo, König, que a finales de esta semana comparecerá para tratar sobre las resoluciones de bancos -el Popular y las entidades italianas- sí ha aflorado numerosas deficiencias detectadas en el proceso en varios documentos y durante su comparecencia en el Parlamento Europeo. Una de ellas era la dificultad para acceder a datos actualizados de las entidades en tiempo casi real, lo que el Banco Central Europeo (BCE) ha reparado con un cambio de sus propias reglas.

En su jubón quedan otras quejas como la falta de armonización de las legislaciones nacionales en materia de insolvencia, que ha amparado, por ejemplo, que Italia sí socorriese a la Banca Monte dei Paschi di Siena con contribuciones públicas. A pesar de las dispares soluciones, apunta a un factor común que, a su juicio, está detrás de la precaria situación de las entidades: “Diez años después del inicio de la crisis algunos bancos de la UE todavía sufren bajo el peso de los préstamos improductivos (...) las autoridades deben encontrar la manera de abordar rápidamente esta cuestión (...) las pérdidas surgirán en la gestión de los préstamos improductivos y las carteras no pueden ser blanqueadas”.

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