Hacienda mantendrá el IBI y Patrimonio para intentar convencer a Bruselas

Cristóbal Montoro.
Cristóbal Montoro.
L.Díaz

Bruselas tiene ya a su disposición los Presupuestos Generales -prorrogados- de España. Y habrá recortes y subidas de impuestos para el próximo ejercicio. El documento remitido por el Partido Popular al seno de las instituciones europeas no sería el definitivo, ya que, en caso de abstenerse el PSOE, ciertos detalles como la cifra del déficit deberán ser ajustadas a lo exigido por la Comisión Europea. 

El 3,6% de déficit que supondría acabar 2017 con esos Presupuestos -que son una prórroga de los 2016- está medio punto por encima del 3,1% que pidió Bruselas para el siguiente ejercicio. España deberá recaudar unos 5.000 millones para cumplir con la petición, y para ello tendrá que apretar las tuercas en materia fiscal.

Si este año se acaba con un 4,6% de déficit significará que la reforma en el tipo de Sociedades cumplirá su objetivo. También significará que la bajada de impuestos realizada por el Partido Popular en vísperas electorales ha dado unos cuantos sustos innecesarios. Se calcula que debido a ese recorte se 'perdieron' unos 4.000 millones. Esto no solo significó estar a punto de recibir una penosa multa por incumplir en enésima ocasión lo dictado por Bruselas, también que se hayan tenido que adelantar 8.600 millones del cobro del Impuesto de Sociedades.

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Para legar a ese 3,1% el Gobierno en funciones se ha comprometido con Bruselas a prorrogar el Impuesto de Patrimonio, lo que supondrá 1.300 millones de euros para las arcas a partir de 2017 -estaba previsto que desapareciera en el próximo ejercicio-, y mantendrá la posibilidad de aplicar coeficientes incrementados del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI). Aunque el IBI dependa de los ayuntamientos, el Ejecutivo dicta la línea a seguir. Estaba previsto que la medida caducase en 2013, pero el Gobierno lo ha ido alargando ya que es el único impuesto que no ha caído nunca y recauda unos 13.000 millones al año. Mantener los tipos incrementados supondrá 24 millones de euros.

En cuanto al empleo, el documento asegura que España pasará de un paro del 19,7% en 2016 al 17,8% en 2017, unos 400.000 empleos, algo menos que en 2016. Aun así, España tiene desde hace varios años el índice más elevado de desempleo en la zona euro, sólo por detrás de Grecia. 

El punto fuerte de la economía española sigue siendo su crecimiento: al 2,3% en 2017, algo menos de lo que se crecerá en 2016 -un 3% o superior-, siendo la economía desarrollada que más crezca en los próximos dos años. Juntando este crecimiento estable al recorte que se deberá acometer en 2017 el ejecutivo de Rajoy espera ganarse la confianza de Bruselas y que castigos como la congelación de los fondos estructurales se queden en agua de borrajas.

Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, avisó de que no le temblaría el pulso a la hora de congelar los fondos estructurales, a ambos países, si estos no corregían sus déficit en la segunda mitad del año y en el borrador presupuestario de 2017.  Además, el Gobierno calcula que la presión fiscal -porcentaje de impuestos obtenidos por los impuestos- alcanzará el 37,8% del PIB en 2016 y un 37,7% en 2017, por debajo de la media europea. Por último, las pensiones subirán un 0,25% en 2017, el mínimo establecido por la ley, aumentando el gasto total en pensiones un 3%.

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