Esta subida de precios se debe principalmente al alza del 0,3% de la inflación subyacente, que no tiene en cuenta el impacto de la energía ni el de los alimentos y que experimentó su mayor repunte desde el pasado mes de febrero.
En agosto, tanto el precio de los alimentos, como el de la energía se mantuvieron estables con respecto a julio. En el sector energético, el incremento en los precios del gas natural y de la electricidad contrarrestó los descensos de la gasolina y el resto de combustibles fósiles.
En comparación con agosto de 2015, el IPC de EEUU registró una subida del 1,1%, tres décimas por encima del dato correspondiente al mes anterior, con una caída del 9,3% en los precios de la energía y los de los alimentos al mismo nivel que un año antes.
Por su parte, la inflación subyacente en términos interanuales repuntó un 2,3%, una décima por encima del dato observado en julio.
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