El conglomerado japonés Toshiba señaló este jueves nuevas querellas por parte de un grupo de 45 accionistas, principalmente inversores institucionales extranjeros, que se estiman perjudicados por las falsificaciones de cuentas reveladas el año pasado por el grupo.
Los querellantes, ante el tribunal de Tokio, "reclaman daños y perjuicios por valor de 16.650 millones de yenes (145 millones de euros) por el perjuicio causado por las irregularidades contables de la compañía", indicó un comunicado de Toshiba, cuya acción registró una fuerte caída en la Bolsa al conocerse el escándalo.
El grupo va a "registrar por lo tanto una provisión, que aún no fue determinada", pero no debería tener impacto en sus previsiones anuales, que ya tenían en cuenta la posibilidad de esta acción judicial.
Toshiba se enfrenta además a 15 denuncias por un total de 15.280 millones de yenes. Entre ellas, el Japan Trustee Services Bank, en nombre del fondo de pensiones público GPIF, reclama más de 13.260 millones de yenes, "suma que podría aumentar ya que sólo representa parte del perjuicio", advirtió el conglomerado a finales de agosto.
Las otras provienes de accionista particulares que actúan la mayoría en grupo.
Toshiba admitió en 2015 que había retocado sus cuentas en el transcurso de los ejercicios presupuestarios de 2008 a 2014, malversaciones de las que se recupera lentamente después de despedir a los dirigentes implicados y sacrificar varias actividades.
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