VW apuesta por el coche eléctrico para borrar la mancha de los diésel trucados

Volkswagen (VW) anunció el jueves que lanzará más de 30 modelos de coches eléctricos en los próximos diez años, buscando posicionarse como líder de los transportes ecológicos tras haberse visto involucrada en el escándalo de los motores diésel trucados.

La multinacional alemana pretende "transformar su actividad principal en el sector automovilístico o, por decirlo de otro modo, hacer un realineamiento fundamental para prepararse a una nueva era de la movilidad", declaró su presidente ejecutivo, Matthias Müller, al presentar "la nueva estrategia" del grupo.

VW se focalizará en "los segmentos más atractivos y de más rápido crecimiento del mercado", agregó.

"Pondremos especial énfasis en la movilidad eléctrica. El grupo prepara una iniciativa muy amplia en esa área: en los próximos diez años, lanzará más de 30 tipos de vehículos impulsados exclusivamente por baterías eléctricas", anunció el ejecutivo.

VW, que nunca se destacó hasta ahora en el sector de los vehículos eléctricos, estima ahora que en 2015 estos podrán representar "de un 20% a un 25% de sus ventas mundiales de coches de pasajeros". Se fabricarán en ese periodo "de dos a tres millones" de unidades, precisó el grupo.

VW admitió el año pasado haber instalado en 11 millones de vehículos diésel un programa informático que mostraba que las emisiones de gases se ajustaban a las legislaciones vigentes, cuando en realidad contaminaban mucho más.

El grupo ya separó 16.200 millones de euros (18.200 millones de dólares) de provisiones para enfrentar las consecuencias del escándalo, aunque los expertos estiman que deberá pagar mucho más en indemnizaciones, multas y costes judiciales, para poder dar vuelta la página.

El grupo VW, que posee doce marcas -entre ellas Volkswagen, Audi, Porsche y Seat- abandonó el sueño de arrebatarle a Toyota la posición de primer fabricante mundial de automóviles.

"La dimensión no es un objetivo en sí mismo", sostiene Müller, diferenciándose así de su predecesor Martin Winterkorn, a quien sustituyó en medio de la crisis.

El plan "Estrategia 2025" también prevé crear una división capaz de atender "las necesidades de movilidad de los clientes".

El grupo ya había dado un paso en esa dirección, con la reciente inversión de 300 millones de dólares en la firma israelí Gett, competidora de la aplicación de coches con chófer Uber.

El sector de los servicios de movilidad representa un mercado "de 35.000 millones de euros, y queremos aprovecharlo", declaró Müller.

La metamorfosis supone recortes de costes, con vistas a facilitar la gestión del coloso automovilístico.

El grupo prevé una mejora de su rentabilidad, con un margen operativo que será de 7% a 8%, frente a 6% en 2015. Según analistas, ello implica obtener 8.000 millones de euros anuales suplementarios en beneficios o en recortes.

Para conseguirlo, Müller mencionó algunos proyectos, como la mutualización de las 26 plantas de repuestos de las doce marcas, que según expertos son poco rentables y tienen gastos excesivos de personal. Ese sector emplea actualmente a 67.000 personas, de las 570.000 que integran la plantilla mundial de VW.

La firma agrupará además sus diferentes marcas de autobuses y camiones (MAN, Scania y Volkswagen Utilitarios) bajo una sola sigla, "Volkswagen Truck & Bus", con la intención de izarlo al lugar de número uno mundial del sector, actualmente ocupado por su rival alemán Daimler.

Los anuncios no parecieron suscitar el entusiasmo de los inversores. Hacia las 14H00 GMT, la acción de VW en la Bolsa de Fráncfort retrocedía 2,95%, el doble que el índice Dax 30 de los principales valores, que caía 1,48%.

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