El Padrino lo tenía claro: “Ten cerca a tus amigos, pero ten aún más cerca a tus enemigos”. O a los que son amigos pero, ¿quién sabe? Y siguiendo esta precaución, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha construido un lujoso pero discreto edificio donde alojar a sus más importantes aliados, desde cargos políticos hasta altos ejecutivos del mundo privado.
El edificio de ladrillo gris y 11 pisos se esconde entre un laberinto de estructuras de la era soviética a menos de un kilómetro del Kremlin. Está vigilado por el Servicio de la Guardia Federal y aloja a los selecto y poderoso grupo de aliados del presidente ruso que incluye al CEO del grupo VTB, Andrey Kostin, el multimillonario petrolero Gennady Timchenko o el ex ministro de Finanzas, Alexei Kudrin.
En total, tres docenas de apartamentos. De ellos, uno de una superficie de alrededor de 1.000 metros cuadrados y otro de unos 846 metros cuadrados, han estado vacantes durante más de un año. ¿Su precio? Entre 42 y 50 millones de dólares según la valoración de las agencias Justified Quality Estate y Mayfair Properties. Son los pisos más caros que hay en Moscú, según el analista jefe del portal inmobiliario gdeetotdom.ru, Alexander Pypin, aproximadamente un 20% más que los apartamentos de lujo de la ciudad.
Como potenciales compradores están los empresarios con negocios en Rusia y que necesitan estar cerca para tomar decisiones. “A la élite rusa le encanta agruparse en este tipo de asentamientos aislados, lejos de tribus no civilizadas. Estos extraños hábitos provienen de su auto-percepción de ser nobles no reconocidos”, asegura Gleb Pavlovsky según recoge bussinessweek.com.
El Departamento de Propiedad del Kremlin, donde Putin ocupó una subdirección entre 1996-1997, completó la construcción de este edificio en el callejón 'Swedish blind' en 2002, dos años después de que ocupara el puesto de presidente en sucesión de Boris Yeltsin.
El complejo cuenta con un jardín de unos 2.000 metros cuadrados, con bancos, una fuente y un parque infantil. La vigilancia del recinto está garantizada a través de un perímetro de cámaras de vídeo. El edificio cuenta también con una cocina y una sala de billar para que los residentes reciban visitas sin invitar a sus propios apartamentos.
"Es un buen apartamento con una gran vista, pero no hay nada sobrenatural en ello", ha explicado Fedor Solomatin, director de la inmobiliaria JQ Estate, pese a que los apartamentos pueden tener hasta 10 habitaciones, dos chimeneas y una sala spa con baño turco y finlandés.
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