Abdicación del Rey Juan Carlos: la España que encontró y la España que deja

    • La renta per cápita de los españoles se ha multiplicado por diez en las últimas cuatro décadas, pero mientras que en 1975 la inflación era el gran problema, ahora el es paro.
    • El Rey desarrolló un papel fundamental en la Transición, en la entrada de España en la UE -que ha resultado enormemente favorable para nuestra economía- y en momentos políticos cruciales.
El Rey comunicó en marzo a Rajoy y Rubalcaba su renuncia al trono
El Rey comunicó en marzo a Rajoy y Rubalcaba su renuncia al trono

Desde el 22 de noviembre de 1975, fecha en la que Don Juan Carlos fue proclamado Rey de España tras la muerte de Francisco Franco, hasta hoy -casi 39 años después- el país ha cambiado radicalmente, tanto política como económicamente.

A esta evolución ha contribuido, sin lugar a dudas, el Rey, que ha desarrollado un papel fundamental en la Transición, en la entrada de España en la Unión Europea -que ha resultado enormemente favorable para nuestra economía- y ha sido la clave en momentos políticos cruciales. Su apoyo incuestionable a la Constitución y a los gobiernos salidos de ella ha sido fundamental para garantizar la estabilidad política que se ha vivido durante las últimas cuatro décadas.Mejora e incertidumbres

La abdicación del Rey coincide con una etapa en la que la mejora económica empieza a vislumbrarse, después de siete años en los que España y los españoles han vivido una de sus peores crisis, tras diez años de boom económico.

También coincide con un momento político en el que los grandes partidos -Partido Popular y Partido Socialista- pierden fuerza y apoyos y el desencanto ha hecho emerger nuevas formaciones, la mayoría a la izquierda del arco parlamentario, y reforzar el nacionalismo. Además, coincide con nuevos retos territoriales, con un Gobierno catalán apostando por una consulta que dé la independencia a Cataluña; y un Ejecutivo vasco, a la zaga del catalán, que también respalda claramente la autodeterminación con el apoyo del independentismo abertzale.

Cuando en el año 1975 Don Juan Carlos fue proclamado Rey, Occidente vivía una crisis económica de enorme magnitud motivada por el petróleo caro, tras la negativa de los países productores árabes a vender crudo a Estados Unidos y Europa por su apoyo a Israel.Primera gran crisis

A la crisis internacional, se unía una economía española en depresión y un entorno político inestable, en el que se daban los primeros pasos democráticos tras casi 40 años de dictadura. La inflación era el gran problema, rozaba el 20%; el crecimiento económico estaba estancado y el paro, prácticamente desconocido con anterioridad, empezaba a convertirse en un quebradero de cabeza para muchos españoles.

La economía española durante el franquismo se había desarrollado en un contexto muy peculiar: mercado de bienes y servicios protegido, sin competencia exterior, sueldos bajos y empleo generalizado.

Tras la muerte de Franco en 1975, los sindicatos fueron legalizados, se aprobó el derecho a la huelga y se impulsó la negociación colectiva, pero se mantuvieron la mayoría de las restricciones a la contratación y el despido. En los dos primeros años de Don Juan Carlos como Rey, los salarios nominales crecían una media del 24% anual, lo que unido al incremento de los precios de la energía, llevaron a la inflación a unos máximos insostenibles, cercanos al 20% durante 1975-1977. El crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) rondaba el 2,3% anual y el empleo disminuía a un ritmo del 1,2% anual.El dato más positivo durante estos años ha sido la mejora de la renta per cápita, un indicador usado para reflejar la riqueza económica de un país y la calidad de éste. Si en 1975 la renta per cápita por español era de 2.400 euros, hoy ronda los 24.000, diez veces más.Pactos de la Moncloa

Los Pactos de la Moncloa, firmados el 25 de octubre de 1977 y respaldados por partidos, sindicatos y empresarios, contribuyeron a dar cierta estabilidad a una situación que se estaba convirtiendo en insostenible. Devaluación de la peseta y control de los salarios eran las bazas con la que contaban los primeros gobiernos demócráticos y el primer Ejecutivo socialista hizo de la lucha contra la inflación su primer reto económico. Los salarios se moderaron, pero crecían por encima de la inflación, y la tasa de empleo descendía cerca de un 2% anual, conviertiéndose en el mayor problema, ya que que llegó a superar la tasa del 20% en 1985.

La España económica y política que deja Don Juan Carlos, pese a las sombras, poco tiene que ver con aquella de la Transición. La incorporación plena a la Unión Europea ha contribuido a que España se convierta en un país de referencia, en el que durante muchos años su renta per cápita, su PIB y su empleo creció muy por encima de la media.El desempleo, como en épocas pasadas, hoy sigue siendo uno de los graves problemas económicos -casi seis millones de parados según la EPA y una tasa de desempleo del 25,9% según Empleo-, la economía crece, pero muy moderadamente; al igual que la inflación. La mejora económica, en la que algunos insisten de forma constante, parece que empieza a ser una incipiente realidad.

Mostrar comentarios