Acusaciones y preocupación en Turquía por kurdos atrapados en un edificio

  • El "edificio 23" de la ciudad turca de Cizre (sureste), donde más de veinte kurdos heridos se encuentran atrapados en medio de los combates entre el ejército y los rebeldes del PKK, ha disparado la tensión entre las autoridades turcas y los políticos prokurdos.

Según informaciones confirmadas por ONG internacionales, más de una veintena de kurdos están bloqueados desde el 23 de enero en el bajo de este edificio, en su mayor parte en ruinas. Carecen de agua, electricidad y comida, varios han muerto y otros están gravemente heridos y faltos de atención médica.

El resto es objeto de una fuerte polémica entre el Partido Democrático de los Pueblos (HDP), simpatizante de la causa kurda, y el gobierno turco, que lo acusa de complicidad con los "terroristas" del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

Selahattin Demirtas, colíder del HDP, dijo el martes que seis de las personas atrapadas en el edificio, en el barrio de Cudi, ya han muerto de sed o desangradas.

Según él, las autoridades estaban impidiendo a las ambulancias acceder al sótano del edificio de cuatro plantas.

"No tenemos idea de si los que siguen atrapados están vivos o han huido", declaró.

Un diputado del HDP, Faysal Sariyildiz, dijo que había entablado contacto con estas personas a través de mensajes de texto, si bien las comunicaciones se cortaron el sábado.

El diputado colgó fotos de los heridos en Twitter, en las que puede verse a algunos durmiendo junto a cuerpos en descomposición. Y explicó que el sábado había al menos cuatro personas al borde de la muerte, y que entre los atrapados había dos adolescentes.

Otro diputado del HDP, Osman Baydemir, aseguró que las fuerzas de seguridad atacaron el edificio el sábado precisamente cuando los sobrevivientes estaban siendo rescatados, según supo gracias a una conversación telefónica con un colega de su partido, atrapado dentro del inmueble.

De acuerdo con él 25 personas se encontraban en el bajo del edificio, de las cuales al menos 15 heridos.

Desde hace un mes y medio rige en Cizre un estricto toque de queda. El ejército turco lleva a cabo una dura campaña contra los rebeldes del PKK, a los que trata de echar de esta ciudad de mayoría kurda.

Diputados del HDP han hecho huelgas de hambre por turnos desde el jueves, para protestar por la no evacuación de estas personas.

Pero el presidente turco Recep Tayyip Erdogan desmintió que se esté impidiendo el acceso de las ambulancias y acusó a los diputados que hacen huelga de hambre de actuar como "sirvientes" del PKK, ilegal en Turquía.

"Esas afirmaciones son mentiras. Siempre hay ambulancias allí. No están sacando a los heridos porque así lo han decidido", dijo.

El primer ministro, Ahmet Davutoglu, dijo el miércoles que los residentes se estaban negando a recibir atención médica, y que varios francotiradores, apostados dentro del edificio, habían abierto fuego contra las ambulancias.

"¿Dónde están los heridos? Probablemente no hay heridos", dijo.

Por su lado, el ministro del Interior, Efkan Ala, afirmó el martes que hay comandantes del PKK entre los que se esconden en el bajo de ese edificio.

El miércoles seguían estallando proyectiles en las calles desiertas de Cizre, indicaron por teléfono a la AFP varios vecinos.

En imágenes de medios oficiales emitidas esta semana podía verse a las fuerzas de seguridad rebuscando entre los edificios en ruinas. Igualmente se veían tiendas y viviendas reducidas a cascotes, aparentemente por fuego de morteros.

El gobierno turco asevera que las operaciones en Cizre y otras dos ciudades del sureste del país son necesarias para expulsar a los rebeldes, que últimamente se hicieron con varias zonas levantando barricadas y cavando trincheras.

El ejército asegura haber matado a unos 500 rebeldes en Cizre desde que empezó la operación el 14 de diciembre. Pero dado que la zona está cerrada a la prensa por el toque de queda, no ha sido posible verificar el dato de forma independiente.

La ofensiva marca una nueva escalada en el conflicto con el PKK. Después de dos años de alto el fuego, los combates entre fuerzas del orden turcas y el PKK se reanudaron el pasado verano boreal, haciendo pedazos las negociaciones de paz iniciadas en 2012 para poner fin a un conflicto que ha dejado más de 40.000 muertos desde 1984.

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