AEB cree que 2014 deja atrás la crisis financiera y consolida la recuperación

Madrid, 17 dic.- El secretario general de la Asociación Española de Banca (AEB), Pedro Pablo Villasante, ha dicho hoy que 2014 será el año en el que se consolide la recuperación y se deje atrás la crisis financiera, si se consiguen sortear obstáculos como la debilidad de grandes economías de la zona del euro o riesgos geopolíticos externos a Europa.

Durante la presentación de los resultados de los bancos que operan en España entre enero y septiembre, el secretario de la AEB ha reconocido que España está ahora "en un entorno económico y financiero mucho más benigno".

Hay ya una clara mejoría de la economía española, que va a finalizar el ejercicio con crecimiento positivo, algo que "se va a mantener a lo largo de 2015", con lo que se despejan dudas sobre si este crecimiento "es estadístico o un simple rebote", ya que claramente está respaldado por una mejora de la actividad.

No obstante, a España le quedan aún algunos ajustes, como reducir el elevado nivel de desempleo y el también muy elevado nivel de endeudamiento público y privado, algo que resultará complicado "al ritmo al que se crece en un entorno de baja inflación".

Según Villasante, "costará absorber el exceso de deuda", pero hay que seguir comprometidos "para ultimar las reformas que necesita la economía y ganar nivel en eficiencia, flexibilidad y competitividad".

Además, la recuperación de la economía española se ve afectada por el parón de principales países de la zona del euro en el segundo trimestre, y no sólo por esta debilidad del crecimiento en Europa, sino por en "desajustes" por motivos geopolíticos que condicionan nuestra capacidad de exportar.

Villasante ha recordado que ya a finales de octubre el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, advirtió al Eurogrupo de que la situación no mejorará si grandes potencias económicas como Francia o Italia no se comprometen con la política de reformas, "reformas como las que ha llevado a cabo España", pero tampoco sin que Alemania potencie su demanda interna.

En este contexto, ha indicado, de débil crecimiento y riesgos políticos, lo primero que va a sufrir es la confianza del consumidor y de las empresas, que no invierten y no crean empleo; y esta pérdida de actividad puede frenar la inversión privada.