En las grandes ciudades

Las agencias inmobiliarias notan ya el descenso de la demanda en los alquileres

Ante un coste mayor de gestión, los arrendadores tenderán a autogestionarse para ahorrarse costes adicionales y por tanto para los dueños de zonas tensionadas hará que inviertan menos para mantener sus viviendas.

Las agencias inmobiliarias notan ya el descenso de la demanda en los alquileres
Las agencias inmobiliarias notan ya el descenso de la demanda en los alquileres
Europa Press

Justo después de que el Senado aprobara la nueva Ley de Vivienda, las agencias ya han detectado cambios en sus fluctuaciones, en representación de todas ellas, la Federación Nacional de Asociaciones Inmobiliarias (FAI) asegura que en el sector inmobiliario ya están sufriendo nuevas bajas de propietarios del alquiler de vivienda habitual hacia otras modalidades o hacia la venta. Además, hace especial hincapié para los pisos en las grandes ciudades.

De esta manera, existe mucha incertidumbre en estos momentos entre los arrendadores así lo ha subrayado el presidente de FAI, José María Alfaro y lamenta que las prisas electorales hayan dado a luz verde a una ley que no ataja de raíz el grave problema que existe en España con la vivienda. 

A consecuencia de ello, el presidente la asociación de inmobiliarias insiste en que acabará siendo contraproducente y repercutirá a los propios inquilinos, aparte de que también afectará a los pequeños propietarios que son los que ponen el 95% de la oferta en el mercado. 

Se endurecen los requisitos para los inquilinos

Por otro lado, según FAI, la Ley de Vivienda, aprobada ayer definitivamente en el Senado, elevará el precio de los nuevos alquileres, reducirá el "stock" tras el trasvase de viviendas a otras modalidades de alquiler o a la venta y supondrá problemas para los inquilinos menos solventes ya que los propietarios endurecerán los requisitos para elegirlos.

También apunta a que los inquilinos tendrán que depositar y garantizar más fianza o avales; disminuirá la capacidad de negociación de los arrendadores, que verán además reducida su rentabilidad por un menor incentivo fiscal y un mayor riesgo de extensión del plazo para recuperar la vivienda ante un impago.

Además, los dueños en zonas tensionadas invertirán menos para mantener sus viviendas; ante el mayor coste de gestión los inquilinos deberán comprometerse a un período de arrendamiento mínimo más alto; los arrendadores tenderán a autogestionarse para ahorrarse costes adicionales, lo que se traducirá en un aumento de la economía sumergida, y los inquilinos pueden ser víctimas de engaños, estafas o condiciones abusivas, advierte.

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