Un tercio de esta suma se correspondería con los daños causados a automóviles aparcados en las calles, que fueron quemados intencionadamente por vándalos, y el importe restante estaría dedicado a sufragar los destrozos ocasionados en viviendas y en negocios, algunos de ellos arrasados y saqueados por manifestantes subversivos. Las autoridades locales han pedido a los afectados que comuniquen lo antes posible los daños sufridos.
Tanto desde el Gobierno central que dirige la canciller Angela Merkel como desde la alcaldía de Hamburgo se comprometieron desde un principio a ayudar a los vecinos que fueron víctimas de la ola de violencia y destrucción que durante tres días y tres noches, de forma paralela a la celebración de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G20, se apoderó de Hamburgo.
En las calles de la ciudad del Elba se libraron batallas campales entre manifestantes y la Policía y se formaron barricadas que convirtieron momentáneamente a Hamburgo, ciudad natal de Merkel, en un escenario más propio de una guerra.
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