Pocas veces los engranajes del consumo en España han estado tan escrutados por la opinión pública como en las últimas semanas. El paro del los transportistas como protesta por la falta de medidas por los altos precios de los combustibles ha llevado a una situación límite a las industrias alimentaria y, especialmente, a una industria pesquera extremadamente dependeniente de las interconexiones rápidas para dar salida al producto fresco. La flota gallega ya alertó la semana pasada de que la situación era límite, con toneladas de pescado a punto de malograrse si no había una solución para los transportes. Así, el millón de toneladas de pescado que consumimos anualmente los españoles empieza a agotarse en los lineales de los supermercados españoles.
"Un producto que se desembarca y se vende en la lonja a las ocho de la tarde, puede estar en cualquier rincón de España antes del mediodía del día siguiente", apunta el presidente de las Cofradías de Pescadores, Basilio Otero. Para ello, como explica este pescador de Burela, uno de los enclaves marítimos más importantes del país en cuanto a capturas, el comienzo de la contrarreloj para que el producto esté en disponible para los consumidores lo marca la subasta en la lonja, que sigue un mecanismo de pujas a la baja. "Los compradores suelen ser mayoristas o representantes de las grandes superficies de supermercados, aunque en las zonas de costa acuden muchos clientes directamente de restaurantes a seleccionar su producto", apunta el secretario general de Cepesca, Javier Garat.
Tanto Otero como Garat, protagonistas en los últimos días por el acuerdo con el ministerio de Agricultura y Pesca para desbloquear el paro del sector por la subida del precio de los combustibles, destacan el papel clave que juega el sector transportes una vez que el pescado ha sido subastado. "Esos camiones son fundamentales para la conexión entre los eslabones, sobre todo con los 'mercas' que luego distribuyen una parte importante de ese producto", resumen. Para ello, los transportistas precisan de camiones Thermo King, que permitan mantener la cadena de frío intacta para evitar echar a perder toneladas de pescado, según indica´secretario general de la Federación Gallega de Transportes de Mercancías (Fregatramer), José Carlos García. "En todo el coste del transporte de pescado hay que tener en cuenta muchos factores: la hora de salida, si el cliente me exige llevar más de un conductor para evitar hacer pausas cada dos horas, además de los costes básicos de combustible, mantenimiento y refrigeración, así como el retorno a las zonas pesqueras para el siguiente cargamento", desgrana García.
Esos 'mercas' son los mercados centrales de abastecimiento. En total, España cuenta con 23 de estos centros logísticos, que actuan como puntos neurálgicos para la distribución de fruta, verdura, carne y demás alimentos, incluyendo pescados y marisco. De acuerdo con el último informe anual de Mercasa del año 2020, la empresa pública que gestiona estos establecimientos distribuyó 544.759 toneladas de pescado en el año 2020. No obstante, no todos disponen de productos pesqueros, como es el caso de los situados en enclaves costeros con fácil acceso al producto sin necesidad de una red de mayoristas. Son los casos de Mercagalicia, Mercatenerife o Mercasantander.
Además, las dos joyas de la corona de la red de distribución, Mercamadrid y Mercabarna son los que acaparan la mayor parte del pescado y de marisco que discurre por la línea de suministro de Mercasa. El mercado de abastecimiento de la Ciudad Condal es responsable del 29,5% (160.890 toneladas) vendido en el año 2020, mientras que el de la capital acapara el 29,1% del total, siendo uno de los nexos más importantes para el desarrollo de la cadena a lo largo de las provincias limítrofes con la Comunidad de Madrid. Así, ambos 'mercas' mueven el 58,6% de todos los productos pesqueros, que acaban en pesquedarías locales, resataurantes o supermercados de distintas ciudades, en uno de los países con un consumo de 22,9 kilos de pescado y marisco por persona, según se desprende de los datos más actualizados recogidos por el ministerio de Agricultura y Pesca el ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
La nesidad de importar
Esta cifra convierte a España en uno de los países Europeos con mayor consumo de pescado y marisco del mundo y, a la vez, obliga a nuestro país a recurrir al mercado exterior para surtir al mercado español. En concreto, las cifras que recoge CEPESCA sitúan las importaciones del sector en las 1,7 millones de toneladas de productos pesqueros, por un valor que ronda los 7.332 millones de euros, lo que deja la balanza comercial del sector en negativo, puesto que las exportaciones se quedan en los 1,2 millones de toneladas (4.334 millones de euros).
La sepia, el calamar, la pota (273.800 toneladas) , los camarones o los langostinos congelados (164.100 toneladas) constituyen la base de las importaciones pesqueras del país, aunque también la merluza (58.996 toneladas) o el pulpo (55.667 toneladas). De esta forma, vecinos como Marruecos y Francia son dos de los principales proveedores de pescado y marisco de España, aunque las importaciones de países más lejanos como Argentina, Ecuador o China componen un equilibrio en el comercio pesquero entre el bloque de la UE y terceros países.
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