Bajada de divisas crea esperanzas, preocupación y suspicacia política en Irán

  • La bajada de la cotización de las divisas extranjeras en Irán tras la elección como presidente del reformista moderado Hasan Rohaní ha suscitado fuertes esperanzas de una mejora en la economía, pero también preocupación en muchos ahorradores y suspicacias políticas.

Teherán, 26 jun.- La bajada de la cotización de las divisas extranjeras en Irán tras la elección como presidente del reformista moderado Hasan Rohaní ha suscitado fuertes esperanzas de una mejora en la economía, pero también preocupación en muchos ahorradores y suspicacias políticas.

"Con Rohaní como presidente creo que va a mejorar la situación política interna y también la internacional de Irán", dice a Efe Akbar Gilani, un cambista del centro de Teherán, que confía en que el nuevo presidente haga avanzar las negociaciones nucleares de Teherán con las grandes potencias y eso beneficie a la economía.

Gilani explica: "Si en las negociaciones internacionales quitan a (el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, el ultraconservador Said) Jalili y Rohaní vuelve a tener éxito, como lo tuvo hace diez años, las divisas van a bajar y vamos a llegar a un dólar a 10.000 riales, como en 2010".

De momento, desde que se supo el 15 de junio que Rohaní había ganado las presidenciales en primera vuelta, el dólar cayó desde los 36.500 riales a poco menos de 30.000 y hoy ha subido hasta alrededor de los 32.000, con un mercado más activo que las semanas anteriores y división de opiniones sobre el futuro de la divisa iraní.

Todos coinciden que, con Rohaní, las posibilidades de que haya arreglos con las grandes potencias en la cuestión nuclear son mayores y que eso puede suponer un alivio en las sanciones internacionales que atenazan la economía.

En todo caso, el dólar y el resto de divisas siguen en una cotización tres veces superior a la de diciembre de 2011, cuando la unidad de la moneda estadounidense se pagaba en Teherán a 11.000 riales, y algunos creen que el nivel de los 30.000 riales es el que corresponde a un mercado sin influencias.

"Por encima de los 30.000 riales existe una burbuja que beneficia a los que controlan el mercado y por debajo de los 28.000 sería que el Banco Central inyecta dólares para bajar la cotización y contener la inflación", dice a Efe Esmail Fasaí, profesor emérito de la Facultad de Economía de la Universidad de Teherán.

Para él, la recuperación de la exportación de petróleo, que el mes pasado llegó a su nivel más bajo en décadas, con sólo 700.000 barriles al día frente a los 3,5 millones de capacidad del país, y la readmisión de Irán en el mecanismo de transferencias bancarias internacionales, Swift, serían fundamentales para mejorar.

"Yo soy un pequeño ahorrador e invierto mis ahorros en dólares, pues creo que son un buen refugio contra la inflación en una economía como la iraní, que se mueve por motivos políticos internos y no por influencias exteriores. Cuando el oro baja en los mercados mundiales, en Irán sube, porque es un buen refugio", agrega Fasaí.

También teme Fasaí que el Gobierno, en las cinco semanas que quedan para que Rohaní sustituya a Mahmud Ahmadineyad en la Presidencia, pueda vaciar la reserva de divisas "y ser recordado como el que hizo bajar al dólar, lo que dejaría sin margen de maniobra al nuevo Ejecutivo para afrontar otras necesidades".

Ese es un temor general al que ha tratado de responder el presidente del Banco Central, Mahmud Bahmaní, quien ayer aseguró que "tanto la fuerte caída de la cotización del rial (desde 2011) como la actual subida han sido por motivos políticos fuera de nuestro control".

Bhamaní, que atribuyó también a "motivos políticos" la inflación galopante en el país, por encima del 32 por ciento reconocido en los doce últimos meses según se informó hoy, apuntó que la entidad emisora ha hecho todos los esfuerzos en los últimos años para evitar que la moneda iraní se deprecie.

Sin embargo, afirmó que "el Banco Central no ha tenido intervención alguna", ni antes ni después de las elecciones, en el mantenimiento y la caída del dólar, con lo que trataba de contener la opinión generalizada que apunta que la Administración de Ahmadineyad está acabando con las reservas de divisas del país.

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