La patronal bancaria ha explicado que este resultado se debe a las pérdidas registradas en la enajenación de activos y a los mayores gastos por impuestos, que ha cifrado en un aumento del 51%.
En cuanto al conjunto de ingresos y gastos derivados de la actividad ordinaria, el resultado de la actividad de explotación disminuyó un 4%, lo que se traduce en una caída de siete puntos básicos en términos de rentabilidad sobre activos medios, hasta situarse en el 0,82%, frente al 0,89% de un año antes.
La rentabilidad sobre fondos propios (ROE) se ha desplomado al 7,56% desde el 9,89% del ejercicio anterior. A 30 de junio, el balance consolidado totalizaba 2,64 billones de euros, con un incremento del 3,9% en los últimos doce meses.
En concreto, los depósitos de la clientela aumentaron en 52.263 millones respecto a junio de 2015, lo que representa un incremento del 3,9%. De esta forma, la ratio de préstamos sobre depósitos alcanza el 111,6%, casi un punto porcentual inferior a la de un año antes.
Por su parte, el crédito a la clientela a la clientela creció a un ritmo del 3,3%, con un importe total superior a 1,5 billones al cierre del semestre. Mientras, la tasa de morosidad se situó en 5,9%, por debajo del 6,7% de junio de 2015, con una ratio de cobertura del 64%.
Los bancos españoles siguieron incrementando sus niveles de solvencia, al situar el capital regulatorio en el 12,43%, medido en términos de CET1. Esta cifra superó en 14 puntos básicos al registrado en el mismo periodo de 2015.
En cuanto a los estados financieros individuales, los bancos españoles obtuvieron unas ganancias de 3.918 millones, un 0,7% menos. Las dotaciones y provisiones realizadas ascendieron a 3.300 millones, una caída del 17,5%.
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