Nicosia, 30 jul.- El Banco de Chipre, el mayor del país, abandonó hoy formalmente el estatus de reestructuración impuesto a esta entidad crediticia desde el pasado marzo, tras quedar fijado el monto final de la quita que sufrirán los depósitos no garantizados, informó el Banco Central de Chipre.
En un comunicado, la autoridad bancaria de Chipre recordó que la pérdida que sufrirán los depósitos superiores a los 100.000 euros será del 47,5 %, cuantía anunciada ayer por el Ejecutivo de Nicosia.
"El Banco de Chipre ha sido completamente recapitalizado hoy gracias a la conversión total del 47,5 % de los depósitos no garantizados en acciones del banco, poniendo así fin a un periodo de incertidumbre", indica el comunicado conjunto del banco central y del ministerio de Finanzas chipriota.
El Banco Central de Chipre además anuncia que, por ello, el Banco de Chipre "no está en proceso de reestructuración a partir de hoy" y que "no se tomarán más medidas", en referencia a la quita realizada a los tenedores de depósitos.
Según el comunicado, el capital de calidad (Core Tier1) "rondará" el 12 %, claramente por encima del 9 % decretado como requisito mínimo por la Autoridad Bancaria Europea.
En su decreto de marzo, el Banco Central había establecido para una fase inicial una quita del 37,5 % para los depósitos del Banco de Chipre que superaran 100.000 euros, porcentaje que ya ha sido transformado en acciones del banco.
Además, otro 22,5 % de los depósitos no garantizados había sido bloqueado a la espera de que se hiciera una valoración definitiva sobre cuál sería el monto final necesario para garantizar la solvencia, lo que elevaba el riesgo de la quita al 60 %.
El dinero sobrante del monto bloqueado será devuelto a sus titulares aunque no completamente liberado ya que será puesto en depósitos de entre 6 y 12 meses -renovables por el mismo periodo por una sola ocasión si el banco lo considera necesario- para evitar una huida de capitales.
Por otro lado, el Banco de Chipre, a instancias de la troika, ha pactado despedir o prejubilar al menos a 2.500 personas y cerrar parte de sus oficinas.
Al abandonar el estatus de "reestructuración" se sientan las bases para una normalización paulatina del sistema bancario chipriota, sometido a estrictos controles del movimiento de capitales desde marzo pasado.
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