El nuevo edificio, que se situará en el número 154-162 de la calle Sant Adrià, contará con 9.348 metros cuadrados construidos, que se distribuirán en planta baja, altillo y dos plantas subterráneas, y se prevé que entre en funcionamiento durante el otoño de 2018.
El proyecto prevé aumentar en un 70% el número de visitantes, revitalizar la vida del mercado y dinamizar el pequeño comercio del barrio, además de actualizar su programa funcional y añadir prestaciones que antes no tenía, como un autoservicio y un aparcamiento para clientes.
También se instalaran en el interior del edificio otras funciones y servicios que antes se encontraban en el exterior, como la carga y descarga; el aparcamiento de vehículos comerciales, y el tratamiento y depósito de residuos, mientras que la carpa provisional que acoge actualmente los paradistas se derribará después del traslado.
El consistorio ha explicado que el edificio será "sostenible" debido al comportamiento energético pasivo --en forma, aislamiento y protección solar-- y la conectividad entre los espacios, y contará con una instalación de aerotérmia para el agua caliente y la climatización y placas solares fotovoltaicas de producción de corriente eléctrica para uso propio del edifico.
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