El viernes, la bolsa había cerrado con una leve caída de 0,22% respecto al jueves, en 46.400 puntos, en su segundo día de retrocesos leves, a pesar de que el miércoles la agencia de calificación internacional Standard & Poor's (S&P) retiró a Brasil el grado de inversión.
En medio de una aguda crisis política y económica, el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff anunció este lunes un nuevo plan de austeridad que, entre otras medidas, contempla recortes en el sensible terreno de los programas sociales, una bandera de los gobiernos izquierdistas del Partido de los Trabajadores (PT), en el poder desde 2003.
La séptima economía del mundo atraviesa su quinto año de bajo o nulo crecimiento, mientras el gobierno enfrenta un torbellino político con pérdida de popularidad y poca fuerza para negociar.
La meta del gobierno es pasar del actual déficit fiscal primario de 0,5% del PIB para 2016, que le hizo perder el sello de buen pagador, a lograr un superávit de 0,7%, lo que implica conseguir 17.030 millones de dólares más de los previstos inicialmente.
"Un valor total de 64.900 millones (unos USD 17.030 millones al cambio). Ese es el valor total de las iniciativas" de corte de gasto y de aumento de recaudación, dijo el ministro de Planificación, Nelson Barbosa, al anunciar las medidas en una rueda de prensa.
La bolsa brasileña tuvo una caída de 8,33% en agosto. En 2014 cayó 2,91%, después de registrar un retroceso de 15,5% el año precedente.
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