La coalición encabezada por Estados Unidos, que bombardea posiciones del EI en Irak y en Siria desde agosto de 2014, ha comenzado a atacar el tráfico de petróleo en Siria, que proporciona a los yihadistas fondos vitales.
En sólo dos ataques, el mes pasado, aviones de la coalición destruyeron cerca de 400 camiones cisterna que esperaban en el desierto el momento adecuado para transportar el petróleo clandestinamente.
El ejército estadounidense advirtió a los conductores de los vehículos que los abandonaran, dándoles una oportunidad de salvar sus vidas. El Pentágono señaló que no se trataba de yihadistas, pero esa actitud fue severamente cuestionada por los "halcones" republicanos en el Congreso.
En declaraciones a la prensa apostada en el Pentágono, un alto funcionario estadounidense dijo, bajo condición de anonimato, que el EI recauda entre 40 y 48 millones de dólares por mes por la venta clandestina de petróleo extraído de los pozos ubicados en las zonas que ocupa.
Esa cifras ahora son menores, producto de los bombardeos, pero llevará semanas contar con datos actualizados, señaló.
"Se trata de su principal fuente de ingresos (...), que ahora se está reduciendo",indicó.
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