Madrid.- Tras el fracaso de Banco Base y la nacionalización de la CAM al pedir al Estado 2.800 millones, Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria aprobaron hoy volver a unirse en un banco, que no requerirá ayudas públicas para cumplir con las nuevas exigencias de solvencia.
De acuerdo con fuentes de estas entidades, el banco en que se integrarán las tres cajas prevé reforzar su capital con fondos privados, de acuerdo con un plan que presentará el lunes al Banco de España, y tendrá su sede en Madrid.
La nueva entidad asumirá el negocio financiero de las cajas, con lo que su volumen de activos superará los 53.000 millones, su morosidad será del 4,2 por ciento y su capital principal ascenderá inicialmente al 8,4 por ciento.
El banco resultante de la fusión contará con cerca de 1.400 oficinas, alrededor de 6.500 empleados y el liderazgo en sus mercados regionales, con una cuota de negocio próxima al 20 por ciento en Cantabria, Extremadura, Castilla-La Mancha (Cajastur adquirió Caja Castilla-La Mancha) y Asturias.
El nuevo proyecto de unión bajo un Sistema Institucional de Protección (SIP) nace tras la ruptura del Banco Base, que unía a las tres cajas con la alicantina CAM, que, en principio, seguirá su camino en solitario.
Hasta que se produzca la entrada de los inversores privados, que podrían aportar hasta el 20 por ciento del capital del nuevo banco, sus acciones se repartirán entre Cajastur (66 %); Caja Extremadura (20 %) y Caja Cantabria (14 %).
Con los fondos particulares, la nueva entidad tendría un superávit de capital de 600 millones sobre el mínimo exigido. De no conseguir dinero privado, el nuevo banco prevé mejorar su capital mediante la generación de recursos internos, a través de la realización de plusvalías y la retención de beneficios.
Respecto al reparto de poder en el consejo de administración del nuevo banco, el presidente será elegido de forma consensuada por las tres cajas, a propuesta de Cajastur, que además designará cinco consejeros; Caja Extremadura, dos, y Caja Cantabria, uno. Otros dos consejeros serán independientes.
Por su parte, la nacionalizada Caja del Mediterráneo (CAM) ha presentado hoy al Banco de España un plan, diseñado según sus recomendaciones, para reforzar el capital de la caja y cumplir los nuevos requisitos de solvencia exigidos por el Gobierno.
El plan, además de los 2.800 millones que solicitará al Estado, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), plantea la posibilidad de incorporar a un socio estable, aunque sin precisar nombre alguno.
Además, el consejo de administración de CAM ha acordado hoy la adquisición de todo el capital social de Banco Base y su transformación en Banco CAM, que tendrá su sede social en Alicante.
La premura impuesta por el Banco de España al sector para su reorganización también ha quedado hoy reflejada en la aprobación por los consejos de administración de Cajasol, Caja Navarra, CajaCanarias y la Caja de Burgos del traspaso de su negocio financiero a Banca Cívica.
En relación con el estado del sector, se ha conocido hoy que la Autoridad Bancaria Europea (ABE) ha elegido a veinticuatro bancos y cajas de ahorros españoles para examinar su solvencia -deberán mantener al menos un porcentaje de capital, reservas y otros activos (Tier 1) del 5 por ciento- frente a situaciones adversas, como impagos o depreciación de activos.
Además, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, viajará la próxima semana a China y Singapur para atraer inversión hacia las cajas de ahorros, algunos de cuyos responsables visitaron Pekín a finales de febrero.
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