Cameron promete una "tierra de oportunidades" tras otra etapa de recortes

  • El primer ministro británico, David Cameron, prometió hoy convertir el Reino Unido en "una tierra de oportunidades" tras un prolongado periodo de recortes que, si él gobierna, durará hasta después de eliminar el déficit.

Judith Mora

Londres, 2 oct.- El primer ministro británico, David Cameron, prometió hoy convertir el Reino Unido en "una tierra de oportunidades" tras un prolongado periodo de recortes que, si él gobierna, durará hasta después de eliminar el déficit.

En su discurso ante el congreso del Partido Conservador, que se clausura hoy en Manchester (norte inglés), Cameron subrayó que "la gran misión conservadora" es, a medida que la economía se recupera, "construir una tierra de oportunidades" en este país.

"Nuestra economía, nuestra sociedad, nuestro bienestar, las escuelas, todo reformado, todo reconstruido, con un objetivo, una misión en mente: convertir a este país, por fin y por primera vez, en una tierra de oportunidades para todos", proclamó.

El jefe del Gobierno advirtió no obstante de que el camino no será fácil pues, aunque ha repuntado el crecimiento, la economía aún es frágil y requerirá más recortes para reducir la deuda neta nacional, incluso si se elimina el déficit presupuestario.

"Todavía no estamos ahí, todavía nos queda mucho, pero estamos en camino", dijo Cameron, quien confirmó los planes anunciados el lunes por su ministro de Economía, George Osborne, de seguir recortando hasta generar un superávit presupuestario.

En una intervención sobria en la que no anunció nuevas iniciativas, el primer ministro combinó un cierto optimismo por la incipiente recuperación con la advertencia de más austeridad a fin de "acabar lo que se ha empezado".

"Juntos estamos arreglando el estropicio dejado por los laboristas", repitió a lo largo de su discurso, en el que asoció a sus rivales políticos con "el socialismo de los 70", mientras que su partido simboliza, en su opinión, "el futuro".

Con la vista puesta en las elecciones generales de 2015, en las que buscará gobernar en solitario -sin depender, como ahora, de los liberaldemócratas de Nick Clegg-, el jefe del Gobierno se alineó con "la gente que trabaja duro" y con el mundo empresarial.

"Nosotros (los conservadores) sabemos que los beneficios, la creación de riqueza, las rebajas de impuestos, la empresa, no son palabras sucias ni elitistas; no son el problema, son la solución", manifestó.

En un intento de aplacar al ala euroescéptica de su partido, que amenaza con apoyar al antieuropeo y populista UKIP, Cameron reafirmó en Manchester su compromiso de convocar un referéndum de pertenencia a la Unión Europea (UE) antes de 2017 si gana las elecciones de 2015.

"Negociaré la repatriación de competencias y, al final, tendremos un referéndum. Será vuestra decisión (de los británicos): dentro o fuera", declaró el líder "tory" ante los aplausos de sus correligionarios.

También aludió al referéndum sobre la independencia de Escocia, que se celebrará en esa nación histórica el 18 de septiembre de 2014.

Tras enumerar las ventajas de que los escoceses elijan quedarse en el Reino Unido, les lanzó un ruego más directo: "Queremos que os quedéis", aseguró, e hizo hincapié en "todo lo que hemos conseguido juntos".

En su discurso de clausura del congreso conservador, el penúltimo antes de los comicios de 2015, Cameron defendió la influencia mundial del Reino Unido, puesta en duda por países como Rusia después de que su Gobierno sufriera una sonada derrota en la Cámara de los Comunes contra una intervención en Siria.

"Somos una pequeña isla pero dejadme que os diga, somos una gran nación", afirmó en una arenga patriótica, para recordar que este país creó la primera Carta Magna, el primer Parlamento, abolió la esclavitud, dio el voto a la mujer y batió a Rusia en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

En su intervención, tras la que posó sonriente con su esposa, la aristócrata Samantha Cameron, el líder "tory" se esforzó por pintar un horizonte esperanzador al final de la austeridad en un mensaje especialmente dirigido a las empresas y las "esforzadas" clases medias.

El reto del primer ministro es superar en el plazo de un año y medio a los laboristas de Ed Miliband, que lideran con diferencia los sondeos de intención de voto pese al reciente repunte de la economía y la progresiva caída del paro.

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