Cáceres, 18 ago.- Los caminos para llegar a Santiago de Compostela son muchos y diversos pero entre ellos hay uno, el del Norte, especialmente duro por la orografía aunque con "un gran auge" y que probablemente superará a la Vía de la Plata, que viene del sur, y al de Valencia, del este.
Así lo ha manifestado, en una entrevista con Efe, la presidenta de la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago, María Ángeles Fernández, en un momento estival en el que se registra una mayor peregrinación a la capital gallega.
A su juicio, el Camino Francés, entre Navarra, Rioja, Castilla y León y Galicia, es el más transitado pero, ha añadido, el del Norte, que transcurre por las regiones del Cantábrico, "está teniendo una demanda inesperada" que hará que supere a los otros, con una diferencia no muy significativa a corto plazo pero sí en el futuro.
La belleza de sus paisajes o la gran disponibilidad de albergues son dos de las razones que han potenciado la peregrinación por este camino hacia Santiago de Compostela, ciudad que, según Fernández, cerrará el año con la llegada de unos 200.000 peregrinos.
Es una cifra ligeramente superior a la del año pasado, ha dicho, cuando un total de 183.266 personas solicitaron la Compostela tras haber recorrido, como mínimo, los últimos cien kilómetros del Camino.
Las estadísticas de participación de peregrinos, ha dicho, reflejan una tendencia al alza desde 1993 ya que los años santos son "un boom", el último en 2010 con 272.135 peregrinos.
A estos buenos datos contribuye el incremento de romeros de procedencia extranjera, quienes, según ella, se decantan por caminos menos transitados y en fechas que no son las veraniegas, además de realizar viajes con una duración media de un mes.
"Es un peregrino que debemos contemplar de una forma especial", ha añadido, al tiempo que ha cuantificado en un 50 por ciento el porcentaje que representan los extranjeros del total de personas que salen desde Valencia, a cuya asociación pertenece.
Por delante largas caminatas a la intemperie que, en algunos casos, no se ven recompensadas con la disponibilidad de alojamientos para descansar, como es el caso del Camino Francés donde, ha denunciado, "los albergues públicos están desbordados".
Y no todos los que se alojan son peregrinos al uso sino viajeros, de ahí que haya reivindicado una mejor diversificación de los usuarios así como una mayor inversión pública por parte de las administraciones.
Los ayuntamientos, ha argumentado, tienen que empezar a invertir en albergues "pequeños y sencillos", y no grandes establecimientos, en caminos menos transitados para dar una opción real a los peregrinos.
A la escasez de albergues en según qué zonas ha sumado otros problemas como los atropellos de los peregrinos por vehículos que circulan por sendas en las que tienen prohibido el paso o porque los caminantes no respetan las normas cuando transitan por carreteras.
Pero sobre todo ha alertado de un problema "más frecuente" de lo que en su opinión cabría pensar, la desorientación y pérdida de los peregrinos debido fundamentalmente a la falta de planificación del viaje y las etapas.
En este punto, ha abogado por "racionalizar los recursos" ya que, a su juicio, es un "disparate" que se tenga que llamar a los servicios de rescate porque "han salido muy tarde y se ha hecho de noche en el camino".
"No porque hoy tengamos a disposición nuestra los helicópteros tenemos que bajar la guardia", ha apostillado.
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