Canadá se consolida como destino para las empresas españolas

  • Canadá y España mantienen desde hace años unas relaciones económicas estables y con un flujo comercial creciente entre ambos países que, aunque ha aumentado el 99 % entre 2002 y 2012, todavía tiene margen de mejora, ya que su volumen es modesto comparado con el existente con otros países.

Madrid, 23 nov.- Canadá y España mantienen desde hace años unas relaciones económicas estables y con un flujo comercial creciente entre ambos países que, aunque ha aumentado el 99 % entre 2002 y 2012, todavía tiene margen de mejora, ya que su volumen es modesto comparado con el existente con otros países.

El país norteamericano ocupa el primer puesto entre las preferencias inversoras en el exterior de las empresas españolas, por encima incluso de la UE, según el último índice del Club de Exportadores e Inversores, elaborado en el año 2011.

Hasta septiembre España importó 821,5 millones a Canadá e importó 793,7 millones, un volumen en línea con los flujos de 2012, ejercicio en el que las exportaciones ascendieron a 1.285,2 millones y las importaciones a 1.150,9 millones.

Las empresas españolas valoran la seguridad y estabilidad regulatoria existente, unos planes de inversión claros y bien definidos en el tiempo, según resumió el vicepresidente de Acciona, Juan Ignacio Entrecanales, al recibir el premio Empresa del Año que entrega la Cámara de Comercio Canadá-España, la semana pasada.

En ese acto, el embajador de Canadá, Jon Allen, añadía a estos argumentos las bajas tasas impositivas del país, un sistema financiero sólido, así como una situación económica saneada, con previsión de que en 2015 vuelva a registrar superávit.

En declaraciones a Efe el presidente de la Cámara de Comercio Canadá España, Alberto Echarri Ardanaz, recuerda además que hay sinergias entre ambos países, como pueden ser un tejido empresarial o una organización administrativa con estructuras similares, al tiempo que destaca que existen "oportunidades para la alianza" para que las empresas acudan juntas a mercados como el Latinoamericano o el norte de África.

Este clima ha propiciado que las empresas españolas hayan abordado inversiones de relevancia en Canadá en los sectores de infraestructuras, energías renovables, química, agroalimentación y moda.

En infraestructuras Acciona es una de las veteranas en Canadá. La empresa de la familia Entrecanales cuenta con el Hospital Fort St. John, que entró en servicio en el año 2002, tres autopistas (una de ellas participada por la también española ACS) y varios proyectos de energía eólica que suman 181 megavatios de potencia instalada.

Dentro del mismo sector, OHL ha logrado la construcción de un hospital por importe de más de 1.400 millones de euros, así como la ampliación del metro de Toronto, en el que también participa FCC.

El sector de la moda cuenta con Inditex entre las que han decidido invertir en Canadá. Presente desde 1999 mediante Zara, el buque insignia de la compañía de Amancio Ortega, desde esta primavera-verano vende sus colecciones de ropa por internet.

En energía, esta misma semana Cepsa ha anunciado la adquisición de la firma energética Coastal Energy por 1.630 millones (unos 2.300 millones de dólares canadienses), una empresa con sede en EEUU, pero que cotiza en la bolsa de Toronto.

Cepsa entró en Canadá en 2001 y tiene en el país dos plantas petroquímicas, una en Montreal que fabrica la materia prima para plásticos, y otra en Becancur, que produce la base para detergentes biodegradables.

Repsol tiene bloques de exploración con una superficie de 2.500 millones de kilómetros cuadrados y participa en una regasificadora en la costa este que abastece a esta zona de Canadá y al noreste de EEUU.

Asimismo, esta misma semana ha señalado que prevé invertir unos 7.400 millones en activos en Canadá, EEUU o el norte de Europa cuando venda su participación en Gas Natural Fenosa valorada en unos 5.000 millones, según han confirmado a Efe fuentes de la petrolera.

España también presenta oportunidades para las compañías canadienses. Alberto Echarri destaca el ordenamiento jurídico, a pesar de los problemas que ha habido últimamente con la regulación de las energías renovables, que se trata de un mercado flexible y abierto y su condición de entrada en el mercado de la UE.

Un ejemplo de implantación de una compañía canadiense es el fabricante ferroviario Bombardier, que tiene instalaciones en Tápaga (Vizcaya), San Sebastián de los Reyes y Alcobendas (Madrid), así como talleres en Pinto (Madrid) y Sabadell (Barcelona).

Según explican en Bombardier, en su caso ha sido clave la fuerte apuesta de España por el transporte ferroviario y la disponibilidad de recursos humanos cualificados, elementos base para el desarrollo industrial con actividades en i+D.

Sin embargo, todavía hay trabajo por hacer para mejorar el clima de negocios a ambos lados del Atlántico.

Echarri explica que, aunque ambos países están muy descentralizados, en España las CCAA han desarrollado un exceso de regulación que puede perjudicar la puesta en marcha de proyectos relevantes para el conjunto del país, como por ejemplo la creación de instalaciones centralizadas en el ámbito de la i+D.

En Canadá es necesario avanzar en la regulación de sectores, como el bancario, las telecomunicaciones, los recursos naturales o el transporte, así como aclarar algunos aspectos en lo que se refiere a la contratación pública, indica.

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