Candidatos y dirigentes iraníes piden participar al desencantado electorado

  • En la última jornada de campaña previa a las elecciones presidenciales del próximo viernes en Irán, los candidatos y los dirigentes del régimen, de uno y otro sector, se han unido en un llamamiento a la participación, ante la desconfianza y el desencanto de muchos electores, reacios a acudir a las urnas.

Chema Ortiz

Teherán, 12 jun.- En la última jornada de campaña previa a las elecciones presidenciales del próximo viernes en Irán, los candidatos y los dirigentes del régimen, de uno y otro sector, se han unido en un llamamiento a la participación, ante la desconfianza y el desencanto de muchos electores, reacios a acudir a las urnas.

Antes de que la campaña se cierre a las 08.00 (03.30 GMT) de mañana, jueves, el líder supremo iraní, ayatolá Ali Jamenei, repitió hoy su llamamiento a una participación masiva para legitimar el sistema islámico.

"Cada voto para cada candidato cuenta para legitimar la República Islámica de Irán", dijo Jamenei, que tiene un poder absoluto en el régimen teocrático de Irán.

En su opinión, la participación hará que "los enemigos (en referencia a EEUU, Occidente y sus aliados) comprenderán la naturaleza popular y democrática del poder en la República Islámica".

En cualquier caso, advirtió contra cualquier protesta sobre los resultados electorales al recordar a los reformistas del Movimiento Verde, encabezado por los candidatos a la Presidencia en 2009 Mir Husein Musavi y Mehdi Karrubi, ahora en prisión, que "desobedecieron la ley" al denunciar fraude y convocar movilizaciones.

El clero y los militares, en especial el Cuerpo de Guardianes de la Revolución, que controlan el régimen teocrático musulmán chií de Irán, insisten en convertir cada proceso electoral en un referéndum de apoyo al sistema.

Lo ocurrido tras los comicios de 2009 ha llevado a buena parte del electorado a no votar como signo de rechazo al régimen y, por ese motivo, los dirigentes quieren atraer a los ciudadanos y mostrar colas en los colegios electorales, que en las legislativas de 2012 se veían prácticamente vacíos, sobre todo en Teherán.

Pero el mismo factor es también determinante para los reformistas moderados, que han conseguido aglutinar todo su apoyo en un solo candidato, Hasan Rohani, avalado por los ex presidentes Akbar Hashemi Rafsanyani y Mohamed Jatami, que busca el voto de los desencantados para poder llegar a una segunda vuelta.

En la última jornada de campaña, Rohani ha vuelto a marcar las diferencias con sus cuatro rivales ultraconservadores principalistas islámicos, todos ellos cercanos a la línea de Jamenei, y ha planteado "acabar con la era de los extremismos y reemplazarlos por la moderación".

Rohani ha prometido un código de Derechos Civiles, mejorar la situación de la mujer, actualmente discriminada por el régimen, y, sobre todo, "acabar con el ambiente de confrontación con el mundo", que puede poner fin al creciente aislamiento de Irán y acabar con las sanciones internacionales y muchos de los problemas económicos.

Aunque el tecnócrata Mohamad Gharazi ha dicho que finalmente no renunciará en apoyo de otro candidato, Rohani espera que, en el último momento, también lo haga para reforzar el campo reformista, al que es afín.

Dentro del estrecho margen del sistema teocrático, en el ala ultraconservadora hoy coincidieron el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, Said Jalili, y el asesor del líder Ali Akbar Velayati, en su defensa, "sin concesiones", de los "legítimos derechos nucleares de Irán" ante las potencias mundiales.

Ambos, sin detallar sus programas, han prometido arreglar la situación económica, en especial la inflación y el desempleo, pero será muy difícil si no solucionan antes la cuestión nuclear, pues seguirán y se ampliarán las sanciones de EEUU y la Unión Europea.

En todo caso, también los ultraconservadores han hecho llamamientos a la participación para justificar la legitimidad del régimen, que cada vez tiene una base más estrecha al haber excluido a diversos sectores en las sucesivas convocatorias electorales.

Los otros dos candidatos ultraconservadores, más pragmáticos y con largo historial militar, el alcalde de Teherán, Mohamad Bagher Qalibaf, y el secretario del Consejo del Discernimiento, Mohsen Rezaei, se centraron en la cuestión económica, pero también precisan más votos si quieren pasar a una probable segunda vuelta.

Todos necesitan los votos y no ahorrarán llamamientos e incluso presiones, pero en amplios círculos se cree que las decisiones electorales están adoptadas de antemano por el entorno de Jamenei y los Guardianes de la Revolución y es difícil que voten, a no ser que tengan contratos o ayudas de la administración que les obliguen.

"Necesito el sello de haber votado en mi cartilla de identidad para renovar mi beca de estudios, por lo que iré a votar aunque no quiera", dice a Efe Farhang, que estudia un máster en Literatura Persa.

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