Catalunya Caixa sopesa toda opción legal para convertirse en una fundación

  • Catalunya Caixa, la entidad que agrupa la obra social de las antiguas Caixa Catalunya, Tarragona y Manresa, sopesa todas las opciones legales que le permitan llevar a cabo su conversión en fundación privada con carácter especial, como exige la ley catalana, han señalado hoy a Efe fuentes de la entidad.

Barcelona, 8 nov.- Catalunya Caixa, la entidad que agrupa la obra social de las antiguas Caixa Catalunya, Tarragona y Manresa, sopesa todas las opciones legales que le permitan llevar a cabo su conversión en fundación privada con carácter especial, como exige la ley catalana, han señalado hoy a Efe fuentes de la entidad.

Catalunya Caixa celebró ayer una asamblea extraordinaria para aprobar esta conversión, aunque finalmente la mayoría de representantes la rechazó en una tensa sesión.

Catalunya Caixa, que tiene de margen hasta el 1 de enero de 2013 para convertirse en fundación, estudia ahora qué pasos adoptar para llevar a cabo esta transformación dentro del plazo legalmente establecido.

Según estas fuentes, la entidad está sondeando todas las posibilidades legales que hay sobre la mesa, que son varias, entre ellas la convocatoria de una nueva asamblea extraordinaria.

No obstante, esta opción implica el riesgo de que una nueva mayoría de representantes de la asamblea rechace el proceso de transformación en una fundación.

El pasado año, Catalunya Caixa transfirió su negocio financiero a un banco, CatalunyaBanc, actualmente en manos del Estado a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).

Por su parte, la antigua caja asumió la gestión de la obra social, que incluye activos como el edificio modernista de La Pedrera, el monasterio de Sant Benet de Bages o la Fundació Territori i Paisatge.

Los sindicatos fueron una de las partes que se opusieron ayer a la disolución de Catalunya Caixa por imperativo legal.

UGT considera que la liquidación de la caja y su posterior conversión en una fundación supone un cambio en la gestión de un patrimonio importantísimo "a coste cero" y conlleva la desaparición del espíritu social que siempre ha caracterizado la entidad.

"Estos edificios pasarían a estar gestionados con criterios estrictamente empresariales, aunque lo quieran enmascarar como una empresa social", denuncia UGT.

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