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Cédula de habitabilidad de una vivienda: ¿es obligatoria? ¿para qué se necesita?

Existen tres tipos de cédulas de habitabilidad: de primera ocupación, de segunda ocupación o de rehabilitación y es necesaria para pedir una hipoteca. Así se gestionan cada una de ellas.

Todo lo necesario para comprar una casa
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Foto de Ketut Subiyanto / Pexels

La cédula de habitabilidad es un documento que ratifica que una vivienda tiene todas las condiciones básicas, tanto técnicas como sanitarias, necesarias para ser habitada. Por tanto, la cédula de habitabilidad también acredita que una vivienda puede ser vendida o alquilada. No obstante, pueden surgir varias dudas a la hora de indagar sobre este trámite: ¿es obligatorio tener la cédula de habitabilidad de una vivienda? ¿Qué debe aparecer en este documento? ¿Se necesita para la hipoteca?

¿Cuántos tipos de cédula de habitabilidad hay?

Lo primero que hay que tener en cuenta es que existen tres tipos de cédula de habitabilidad, en función del estado de la vivienda:

· Cédula de habitabilidad para primera ocupación: Es aquella que se concede a las viviendas de obra nueva, es decir, recién construidas.

· Cédula de habitabilidad de segunda ocupación: La que se solicita cuando la cédula de habitabilidad de primera ocupación ha caducado.

· Cédula de habitabilidad de rehabilitación: Este tipo de cédula se expide cuando el inmueble ha sufrido una rehabilitación y sus condiciones han cambiado.

Además, en el documento lo primero y más importante que debe aparecer es la dirección y ubicación de la vivienda, también las habitaciones y la superficie útil del inmueble, así como el resto de los espacios que conforman la vivienda y su umbral máximo de ocupación. Por último, el técnico habilitado para realizar la certificación debe registrar también en la cédula de habitabilidad su identificación.

¿Es obligatoria la cédula de habitabilidad?

Que la cédula de habitabilidad de una vivienda sea o no obligatoria depende de la comunidad autónoma en la que esta esté ubicada. En Aragón, Andalucía, la Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Galicia o el País Vasco la cédula de habitabilidad no es necesaria durante un proceso de compraventa. Sin embargo, sí que se necesita en Asturias, Cantabria, Cataluña, La Rioja, Navarra, Murcia, Baleares, Comunidad Valenciana y Extremadura, aunque con algunas diferencias entre ellas. Por ejemplo, en Asturias no es obligatoria la cédula de habitabilidad para primera ocupación, pero sí la de segunda ocupación y rehabilitación.

El director de Hipotecas del comparador y asesor hipotecario iAhorro, Simone Colombelli, asegura que “en función de la comunidad autónoma en la que residas es posible que no haga falta para comprar o alquilar una vivienda”. No obstante, añade el portavoz de iAhorro, “como norma general la cédula de habitabilidad es obligatoria, por ejemplo, a la hora de pedir una hipoteca, ya que los bancos suelen exigir su presentación como parte de la documentación que acompaña la solicitud”. También es importante para contratar servicios imprescindibles como el agua, la luz o el gas.

En definitiva, podríamos decir que una vivienda sin cédula de habitabilidad no está considerada legalmente una vivienda. Por ello es importante que, si vas a comprar una vivienda, te asegures de que dispone de este documento acreditativo.

¿Cuándo caduca la cédula de habitabilidad de una vivienda?

Hay mucha gente que piensa que, una vez que una vivienda tiene cédula de habitabilidad ya no hace falta volver a pedirla. No obstante, este documento administrativo, como muchos otros, hay que renovarlo con el paso del tiempo. ¿De cuánto tiempo estamos hablando? Esto depende también de la comunidad autónoma en la que residas y del año de construcción de la vivienda.

Por ejemplo, las cédulas de habitabilidad de las viviendas de obra nueva construidas antes del año 2004 tenían una vigencia de 10 años. A partir de ese año y hasta 2012, las cédulas de habitabilidad pasaron a tener una vigencia de 15 años. Eso sí, las posteriores, las que se conceden en la actualidad ya son más largas, pudiendo en algunos casos llegar hasta los 25 años siempre que sean de primera ocupación. En el caso de segunda ocupación y rehabilitación, la vigencia general es de 15 años.

Para renovar la cédula de habitabilidad de una vivienda es necesario que un técnico especializado elabore un informe detallado y que avale que la vivienda es totalmente habitable. Ese informe, a su vez, hay que presentarlo en el ayuntamiento para que este expida finalmente la cédula de habitabilidad del inmueble. Este trámite puede tener un coste de entre 100 y 200 euros.

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