Científicos polares abogan por la explotación sostenible del ártico


Cinco investigadores polares defendieron este jueves que se establezcan bases científicas para que la explotación de los recursos del Océano Ártico (petrolíferos, gasísticos, mineros, pesqueros y turísticos) se desarrolle en un futuro próximo de la manera más sostenible posible, ya que ven inevitable la ‘fiebre del oro’ en este lugar de la Tierra.
Esta tesis fue defendida en una rueda de prensa en Madrid previa al VII Debate Fundación BBVA-Estación de Investigación Costera del Faro de Cap Salines, titulado ‘El Ártico en la encrucijada’.
Carlos Duarte, investigador del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados y director del Oceans Institute de la Universidad de Australia Occidental, afirmó que “el Ártico se está abriendo a la explotación de las industrias, que van a operar con conocimiento científico o sin él”.
En este sentido, Duarte señaló que él y otros científicos acudieron en 2013 a una reunión en la Casa Blanca para impulsar un programa de investigación durante cinco años que asiente las bases para que la navegación del Ártico y la explotación de sus recursos sea sostenible. “Es un desafío para la ciencia. No podemos esperar hasta 2050 para decirles a los tomadores de decisiones qué modelos son fiables y cuáles no”, apuntó.
Duarte explicó que el Ártico está transformándose a mayor velocidad de lo que los científicos habían predicho y en los últimos ocho años se han producido “cambios rápidos y preocupantes”, en un contexto de fuerte demanda de sectores industriales. Por ejemplo, Groenlandia cuenta con más de 220 peticiones de extracciones de recursos.
Señaló que desde 2006 ha habido tres factores que han causado “sorpresa” a los científicos: la extensión de superficie de hielo en el verano de 2007 fue la prevista para 2080; el 90% de Groenlandia experimentó un deshielo superficial en el verano de 2012, cuando lo normal es del 60%, y la formación de un agujero de ozono en el Ártico por primera vez en 2011.
“CAMBIO CLIMÁTICO PELIGROSO”
Con estos mimbres, Duarte y otro de los científicos que intervinieron en la rueda de prensa, Paul Wassmann, de la Universidad del Ártico de Noruega, así como otros investigadores, publicaron un artículo en 2012 alertando de que en la zona ártica se estaba produciendo un “cambio climático peligroso” y llamaron a la acción para que no se propagara a otras regiones.
Además de las presiones industriales, Duarte subrayó que el Ártico está sometido a las reclamaciones territoriales de Estados Unidos, Canadá, Dinamarca (por Groenlandia), Noruega y Rusia.
No obstante, apuntó aspectos positivos en los cambios de esta región del planeta, ya que cuenta con un “ecosistema razonablemente bien conservado” que ha fomentado el aumento de poblaciones como el bacalao, el cangrejo rey, el cangrejo de nieve y las gambas, así como algún grupo de ballenas; brotan bosques de algas y praderas submarinas, hasta hace pocas fechas relegadas al sur del Ártico, y es una zona “mucho más resistente a la acidificación de lo que se pensaba”.
Por ello, expuso que el principal reto para el futuro es “cómo gestionar estos cambios de forma sostenible”, para lo cual consideró imprescindible el conocimiento científico en “el océano menos explorado de todos”.
Por otro lado, Paun Wassmann abogó por la cooperación internacional de los países árticos, en tanto que Susana Agustí, oceanógrafa y ecóloga del plancton del CSIC y del Oceans Institute de la Universidad de Australia Occidental, recalcó que aún no hay rutas navegables consolidadas por la dificultad topográfica del Ártico, que hace que buques pesqueros acaben “atrapados” en sus aguas.
Dorte Krause-Jensesn, del Centro de Investigación del Ártico de la Universidad de Aarhus (Dinamarca), y Wassmann explicaron que las poblaciones indígenas de esta región están divididas sobre las ventajas y los inconvenientes que podría proporcionarles un aumento de la disponibilidad de los recursos del Ártico.

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