Congreso y Casa Blanca continúan tira y afloja sobre solución a crisis fiscal

  • Líderes republicanos del Congreso de EEUU insistieron hoy en que la Administración Obama detalle sus recortes al gasto público para conjurar el "precipicio fiscal", mientras la Casa Blanca reiteró la urgencia de prorrogar los recortes tributarios sólo para la clase media.

Washington, 26 nov.- Líderes republicanos del Congreso de EEUU insistieron hoy en que la Administración Obama detalle sus recortes al gasto público para conjurar el "precipicio fiscal", mientras la Casa Blanca reiteró la urgencia de prorrogar los recortes tributarios sólo para la clase media.

Tanto la oposición republicana como la Casa Blanca permanecían hoy inamovibles en sus posturas sobre cómo conjurar el "precipicio fiscal", esa temida combinación de al menos 500.000 millones de dólares entre una subida de impuestos para la mayoría de los estadounidenses y masivos recortes al gasto público a partir de enero próximo.

El propio líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, reconoció hoy durante un discurso desde el pleno que las partes continúan en "un punto muerto" en las negociaciones sobre el "precipicio fiscal".

Mientras, el líder de la mayoría republicana de la Cámara de Representantes, Eric Cantor, dijo a la cadena televisiva MSNBC que su bancada no apoyará un aumento de los impuestos.

La exigencia republicana de aumentar los recortes al gasto público y la insistencia de los demócratas de subir los impuestos a los más ricos evoca memorias del agrio debate de 2011 sobre el aumento del techo de endeudamiento de EEUU, que también produjo fisuras sobre cómo reducir el déficit.

El presidente Barack Obama conversó durante el fin de semana con el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, y el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, y lo hará nuevamente en el momento debido, dijo hoy el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.

Durante su acostumbrada rueda de prensa diaria, Carney reiteró, sin embargo, que Obama vetará cualquier proyecto de ley que no incluya una subida de impuestos para aquellos que perciben ingresos superiores a los 250.000 dólares anuales.

"No debemos tomar como rehén a la clase media" para darle recortes tributarios a los ricos, enfatizó Carney.

"La matemática nos dice que no se puede lograr una respuesta equilibrada (a la crisis fiscal) sin que las tasas (impositivas) sean parte de la ecuación... tiene que haber un acuerdo", afirmó Carney.

En ese sentido, Carney calificó de poco realista propuestas republicanas de limitar las deducciones de los impuestos federales y el uso de resquicios en el código tributario.

"El presidente ha propuesto cerrar esos resquicios y limitar las deducciones (tributarias) y obviamente está interesado en ver propuestas en ese sentido, pero ha dejado en claro que no firmará una prórroga de los recortes tributarios de la era de Bush para el dos por ciento" de los hogares con ingresos más altos "porque eso es una política económica mala", señaló Carney.

Como alternativa a subir los impuestos a los más ricos en 2013, el senador republicano Bob Corker ha propuesto limitar las deducciones de los impuestos federales a 50.000 dólares sin un aumento de las tasas impositivas.

No obstante el choque de ideas entre el Congreso y la Casa Blanca, Carney dijo que la Administración Obama permanece "optimista de que podemos lograr un acuerdo".

El mandatario estadounidense continuará sus consultas con miembros del Congreso y líderes cívicos y empresariales hasta lograr una "solución equilibrada" a la crisis fiscal, subrayó Carney.

Agregó que la meta del presidente sigue siendo el reducir el déficit por cuatro billones de dólares en la próxima década.

El portavoz de la Casa Blanca no ofreció detalles sobre cuándo y adónde viajará Obama para promover su agenda fiscal, pero aseguró que el mandatario mantendrá un diálogo con todas las partes interesadas.

Los recortes tributarios en disputa fueron instituidos en 2001 y 2003 durante la presidencia de George W. Bush y vencen el próximo 31 de diciembre. Obama ha dejado claro que no apoyará renovarlos para los que ganan más de 250.000 dólares anuales.

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