Corresponsal cree que cerrar la TV griega es una bomba a un pueblo paralizado

  • Theodora Makri, corresponsal de la televisión pública griega en España, considera que su gobierno, con el decreto de cierre de este medio, "ha tirado una bomba y ahora espera una respuesta de un pueblo paralizado".

Madrid, 12 jun.- Theodora Makri, corresponsal de la televisión pública griega en España, considera que su gobierno, con el decreto de cierre de este medio, "ha tirado una bomba y ahora espera una respuesta de un pueblo paralizado".

En una entrevista con Efe, Makri destaca que la ERT (Radiotelevisión Estatal Griega), es un "símbolo de la cultura" del país y recuerda que la mayoría de los constitucionalistas entienden que el decreto, que ha supuesto el cese de las emisiones desde la pasada medianoche, "es ilegal y anticonstitucional".

"El Gobierno tiene que pasar por un juicio, porque no se puede tomar una decisión de ese tipo solamente con la firma de algunos ministros", opina la periodista.

La resolución del partido de centroderecha Nueva Democracia, actualmente en el poder, deja en la calle a 2.600 profesionales de la comunicación, muchos de los cuales han decidido permanecer encerrados en las instalaciones en protesta contra esta decisión.

La corresponsal griega opina que la sentencia resulta inexplicable, puesto que asegura que la institución "es una empresa con ganancias, y la mitad de esas ganancias vuelve a los presupuestos del Estado".

Además, Makri recalca que cada griego paga cuatro euros al mes para mantener la televisión pública en su factura de la luz.

Desde que el portavoz del Gobierno hiciese público el anuncio ayer por la mañana, ningún periodista ha conseguido ponerse en contacto con un político para conseguir más declaraciones.

Esta estrategia es equiparable, según la periodista griega, "al juego de cuando das un golpe y esperas a ver cómo tu víctima va a reaccionar".

Para Theodora Makri el mayor problema de la televisión pública ha sido la influencia política, dado que "cada Gobierno creía que era su protectorado y su propia empresa", dice.

Durante un trimestre se suspenderán emisiones en tres canales de televisión, cuatro estaciones de radio y diecinueve emisoras de la periferia, además de la orquesta y el coro propiedad de la empresa.

La corresponsal se muestra recelosa sobre el futuro del medio de comunicación, del que ignora "si será público o si se habrá vendido en el mundo privado", y apunta con cautela que "hablar de golpe de estado en un país donde ha nacido la democracia suena muy mal, muy feo".

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