Damasco acusa a rebeldes de incendiar pozos petrolíferos en el este de Siria

El Cairo, 31 mar.- Supuestos grupos armados incendiaron nueve pozos petrolíferos en la provincia de Deir al Zur, en el este de Siria, lo que causó la pérdida de al menos 4.670 barriles diarios de crudo, indicó hoy la agencia estatal de noticias Sana.

Según fuentes del Ministerio de Petróleo sirio citadas por la agencia, grupos terroristas (en alusión a los rebeldes) pretendían robar el crudo para venderlo a un alto precio.

Sin embargo, finalmente prendieron fuego a los pozos tras no llegar a un acuerdo sobre cómo repartir el combustible.

Al menos tres pozos petrolíferos siguen ardiendo, mientras que las autoridades lograron apagar los otros seis, destacó el ministerio, que lamentó el daño económico y los obstáculos para la producción de crudo y gas en el país.

En otras ocasiones, el régimen sirio ha acusado a los insurgentes de sabotear oleoductos y gasoductos en distintas partes del país.

En febrero del año pasado, un supuesto grupo terrorista saboteó en la zona de Yubar, en la provincia de Homs (centro), una de esas tuberías, que conectaba con la terminal de Tartús, junto a la costa mediterránea, según Sana.

Por otra parte, las fuerzas del régimen sirio y los rebeldes continuaron librando hoy duros combates en los alrededores de una brigada aérea cerca de la localidad de Deraa, en el sur del país, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

Los alrededores de Deraa fueron bombardeados por las fuerzas gubernamentales, que mantienen una intensa ofensiva área en la zona después de que los rebeldes lograran hacerse esta semana con el control de Dael, un fuerte golpe para el régimen, ya que esta ciudad es el punto de intersección de las carreteras de la región.

Además, los barrios de Bustan al Qasr y Halq en la ciudad septentrional de Alepo siguieron siendo hoy objeto de bombardeos por parte de la aviación del régimen, agregó el Observatorio.

La ola de protestas nacida hace dos años en Siria ha dado paso a una cruenta guerra civil, con más de 70.000 muertos, según la ONU, un millón de refugiados y un final difícil de vislumbrar ante los fracasados intentos de mediación internacional.