Decepción entre los iraníes ante la extensión de las negociaciones nucleares

  • La decepción cundió hoy en Teherán cuando se difundió la noticia de que las negociaciones nucleares en Viena no habían logrado su objetivo e Irán y el G5+1 se daban seis meses más de plazo para alcanzar un acuerdo.

Ana Cárdenes y Artemis Razmipour

Teherán, 24 nov.- La decepción cundió hoy en Teherán cuando se difundió la noticia de que las negociaciones nucleares en Viena no habían logrado su objetivo e Irán y el G5+1 se daban seis meses más de plazo para alcanzar un acuerdo.

Muchos iraníes esperaban hoy recibir la noticia de que por fin se cerraba un acuerdo y que, por tanto, se levantarían las durísimas sanciones internacionales que asfixian su economía.

"Estoy muy, muy preocupada porque esperábamos que esta vez ya llegasen por fin a un acuerdo, pero va a tocar esperar más tiempo. Desde el fondo de mi corazón de verdad deseo que en estos próximos meses lleguen a un pacto, porque la realidad es que aquí la gente está destruida y muy deprimida", declaró a Efe Adefé, una mujer de 45 años, empleada en una oficina, que declinó dar su apellido.

Muchos iraníes se despertaron hoy con la ilusión de recibir la noticia de que las negociaciones habían llegado a su fin y que el jefe negociador iraní, el ministro de Exteriores Mohamad Yavad Zarif, habría logrado que el 5+1 (EEUU, Rusia, China, Alemania, Francia y Reino Unido) acordase el levantamiento de las sanciones que han llevado al país al completo aislamiento internacional.

Las sanciones impuestas a la República Islámica en los últimos años a cuenta de su polémico programa nuclear son en buena parte responsables de una inflación disparada, que el año pasado llegó al 40 por ciento, un creciente desempleo, la caída de las exportaciones, el hundimiento del sector privado y una devaluación del real iraní de cerca del 70 por ciento.

"Es lamentable que el anterior gobierno (bajo el presidente Mahmud Ahmadineyad) llevase las cosas a este punto", señaló a Efe el joven médico Hamid Reza, que lamentó la falta de consenso hoy en Viena pero, sin embargo, apostó por el optimismo y dijo que "el hecho de que las negociaciones no se hayan roto, sino que se hayan prolongado seis meses más nos da esperanza".

"Ahora que veo que quieren seguir debatiendo realmente, creo que finalmente llegarán a un acuerdo", añadió.

El nuevo aplazamiento, que sigue a otro acordado el pasado julio, primera fecha que las partes se habían fijado para llegar a un acuerdo, no levanta sin embargo esta misma sensación positiva en todos los iraníes.

"No es un buen signo", dijo a Efe un hombre de mediana edad en el norte de Teherán, que pidió ser identificado únicamente como Alí.

"Aquí hemos llegado ya a un punto de desesperación total y es el pueblo de Irán, la gente y no el régimen, quien se ve perjudicada", añadió.

La promesa de iniciar un acercamiento con el mundo, lograr el levantamiento de las sanciones internacionales y mejorar la situación económica fue uno de los principales motores que llevó a los iraníes a votar el pasado junio al presidente Hasán Rohaní, junto con la de una mayor libertad social.

Transcurrido casi un año y medio de su toma de posesión, Rohaní parece no haber avanzado mucho en ninguno de estos terrenos.

"Nos engañaron, no ha cambiado absolutamente nada", dijo a Efe Mohamed, un iraní de clase humilde, empleado de limpieza, que ya se niega a creer que algún día la situación económica vaya a mejorar.

Los medios iraníes han anunciado que el presidente comparecerá hoy en televisión para ofrecer un discurso en directo sobre lo ocurrido en Viena.

Si bien unos culpan al gobierno iraní por no haber llegado a un pacto, otros dirigen su ira hacia los otros países que participan en la negociación.

"A mi las negociaciones me dan igual, todo esto no es más que un juego. El problema de la comunidad internacional es el régimen de Irán. Ya se sabía que las negociaciones no iban a dar resultado o, si lo daban, que ellos encontrarían otra excusa para las sanciones", señaló Ehsan Hoseiní, jefe de una oficina de telefonía móvil.

La decisión de continuar negociando seguramente no será criticada desde los sectores más radicales, que en las últimas semanas han instado reiteradamente al Gobierno a respetar las líneas rojas, no ceder y a mantenerse firme y no permitir un retroceso en los derechos del país ni en los avances del programa nuclear iraní.

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