La crisis económica y financiera lleva más de un año ligada a laactualidad más inmediata. El estado de la economía, los resultados delas empresas, el aumento de la tasa de paro, el repunte o la caída delos indicadores, las previsiones de analistas y expertos, los paquetesde medidas de los organismos institucionales..., son algunos de losprotagonistas diarios.
En esta ocasión, las declaraciones de Georgios Papandreu (primer ministro de Grecia), Gerardo Díaz Ferrán (presidente del la CEOE) y Jean-Claude Trcihet(presidente del Banco Central Europeo) nos dan las claves de esta semana.
El primer ministro griego, Georgios Papandreu, ha amenazado esta semana a la Unión Europea: si no apoya su propio plan de rescate, acudirá al Fondo Monetario Internacional. El mandatario heleno se refería al nuevo paquete de medidas que aprobó su gobierno el miércoles para reflotar la economía del país, que incluye la subida del IVA, congelar el importe de las pensiones, reducir los ingresos de los funcionarios y elevar varios impuestos.
El FMI, presidido por Dominique Strauss-Kahn, dió el visto bueno al plan de rescate presentado por Grecia, al considerarlo "muy fuerte" y cuya aplicación supone "un paso adelante crucial", así que no dudaría en colaborar con el país si fuera necesario.
Pero el plan recibió más aplausos: la agencia crediticia Moody's ha dicho que las medidas ponen de manifiesto el compromiso y la voluntad del gobierno heleno para controlar el déficit público del país, que cuenta con una calificación de deuda 'A2' con perspectiva 'negativa'. Sin embargo, la agencia advierte a Grecia que si no ejecuta el plan de austeridad anunciado podría rebajar su 'ráting', que cuenta con con una nota de deuda 'A2' con perspectiva 'negativa'.
El BCE también ha querido dar su apoyo a las medidas propuestas por el equipo de Papandreu. La entidad presidida por Jean-Claude Trichet espera la pronta entrada en vigor de esas medidas", a las que calificó de "convincentes, necesarias y apropiadas para tener progresos significativos en la consolidación fiscal en 2010". A pesar de todos estos apoyos, el plan de austeridad griego también tiene enemigos: los sindicatos del país se han echado a la calle para manifestarse.
Así aclaró Gerardo Díaz Ferrán, el presidente de la patronal, el 'malentendido' que suscitaron las palabras de José de la Cavada (director del departamento de relaciones de la CEOE) acerca de la creación de un nuevo contrato laboral para los jóvenes. Dicho contrato responde a estas condiciones: un nuevo "contrato de inserción" para jóvenes menores de 30 años, con una duración de entre seis meses prorrogable a un año y sin indemnización por despido, similar al existente en Francia.
Pero aún hay más: en esta modalidad de contrato el sueldo no supera "en el mejor de los casos" el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), aunque esta condición podría revisarse si el contrato llegara a aplicarse en España. Ante este panorama, las críticas no tardaron en llegar. Elena Salgado, ministra de Economía y Hacienda, dijo no estar "segura de que sea un buen comienzo para el diálogo social". Maravillas Rojo, directora general de Empleo del Ministerio de Trabajo, señaló que el gobierno en ningún caso va a asumir propuestas que menoscaben los derechos de los trabajadores.
Los partidos políticos, por su parte, también dieron su opinión. El portavoz de Economía del PP, Cristóbal Montoro, aseguró que el único modelo de contrato que le interesa "es el que proponga el Gobierno". Para Izquierda Unida este contrato es un "auténtico ensayo de terrorismo empresarial, mientras que para el sindicato UGTes "una especie de monstruo de Frankenstein".
Y Díaz Ferrán se apresuró a desmentir "tajantemente" que la CEOE tenga intención de presentar un contrato basado en esas condiciones. "Lo que ayer se comentó en un pasillo del Congreso es un ejemplo de lo que hay en Francia, pero hay otros contratos y lo que queremos es consensuar con los sindicatos un contrato para jóvenes, pero que no sea basura, sino todo lo contrario", afirmó.
Jean-Claude Trichet anunció el pasado jueves que la institución que preside, el Banco Central Europeo, va a mantener los tipos de interés en el 1%, por lo que el precio del dinero seguirá estando en el mínimo histórico, algo que le viene muy bien a aquellos países con un elevado nivel de deuda. Así, la política monetaria de la entidad europea se mantendrá durante un tiempo en consonancia con la del Banco de Inglaterra y la Reserva Federal norteamericana para no interrumpir la recuperación económica.
Además, el francés anunció el fin de las subastas de liquidez a tres meses: un paso más tras la retirada de las subastas a seis meses y a un año. Por tanto, la institución dejará de proporcionar a tipo fijo todos los fondos solicitados por los bancos de la eurozona en las subastas con vencimiento a tres meses, que volverán a celebrarse a partir del 28 de abril a tipo fijo y en las que el BCE determinará la cantidad de fondos de a repartir. Sin embargo, las subastas semanales de refinanciación continuarán siendo a tipo fijo y con adjudicación plena "al menos hasta el próximo 12 de octubre".
Las palabras de Trichetanimaron a las bolsas española y portuguesa: el Ibex 35, el principal indicador de la bolsa española, cerró su mejor sesión en un mes, mientras que el portugués PSI 20 sumó un 0,48%. El resto de plazas europeas acabó la sesión en números rojos.
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