Día D, Hora H para Grecia: todo preparado para un acuerdo de mínimos

    • La incertidumbre se aplazaría seis meses gracias a una de esas patadas hacia adelante que tanto se han repetido en el proceso de construcción europea.
    • Los expertos dan por hecho que Bruselas hará concesiones, pero con cuentagotas y en aquellos apartados con menor impacto económico
(Ampliación 2) El Tesoro coloca 4.172 millones en bonos y obligaciones con los intereses en mínimos
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¿Está el vaso de Grecia medio lleno o medio vacío? Aunque los grandes titulares del jueves dicen que la pétrea Alemania no da su brazo a torcer a pesar de las concesiones del Gobierno griego –"no es una propuesta sustancial para una solución", aseguran las huestes de Merkel- para lograr la extensión durante seis meses del programa de asistencia al país, los últimos movimientos en el tablero en el que se juega el futuro de Grecia dejan dos cosas bien claras. Una, que Syriza no va a romper la cuerda del euro. Y dos, que a la vista de que la coalición de izquierda radical ha movido ficha en la dirección que el Eurogrupo considera correcta, éste está dispuesto a seguir negociando.

¿Cuál es la primera conclusión? Que el día D, hora H que el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, había fijado para este viernes 20 de febrero ya no es un punto de no retorno. La postura dura y hasta beligerante de Bruselas frente al inmovilismo inicial de Syriza –hace solo tres días el ministro heleno Varufakis aseguraba que era "intrínsecamente imposible concluir exitosamente" el acuerdo por el que Grecia ha recibido más de 170.000 millones de euros- se ha ablandado un tanto después de que Grecia haya aceptado devolver la deuda y asumir como vinculante el acuerdo.

Dice la Comisión Europea que los pasos del Gobierno griego pueden ser el camino hacia "una solución razonable". Ha quedado claro que Syriza ha descartado un órdago. La situación límite de su economía y de su sistema financiero, la fuga masiva de capitales y, sobre todo, el terror hacia ese escenario desconocido que sería la salida de la zona euro, han convencido a Tsipras y los suyos de que la única salida es la negociación.Todas las posibilidades

¿Qué escenarios se plantean a partir de ahora?¿Cuál es el margen de maniobra de Syriza y hasta dónde puede estirar la cuerda Bruselas? ¿Qué posibilidades hay de que se las tensiones se perpetúen si el acuerdo final es de mínimos, lo justo para poder mantener vivas las negociaciones?

-Reunión clave. Este viernes, a las 15 horas, se celebra un una reunión clave de los ministros de economía y finanzas de la zona euro. Van a discutir la propuesta griega, que pasa por la modificación de algunos puntos del actual acuerdo. Grecia ha aceptado que no va a atravesar las líneas rojas firmadas por el Eurogrupo. Pero algunos de sus miembros, con Alemania a la cabeza, quieren una rendición incondicional de Grecia que casa poco con las promesas lanzadas por Syriza a su electorado.

-Flexibilidad. Una vez que ha quedado claro que Grecia no quiere abandonar la zona euro, un escenario posible es que se apruebe la extensión del programa de asistencia pero que la espadas sigan en todo lo alto. Dicho de otra forma, que Alemania haga una concesión que permita que las negociaciones continúen durante los próximos seis meses. La incertidumbre se aplazaría gracias a una de esas patadas hacia adelante que tanto se han repetido en el proceso de construcción europea.

-Las posibilidades de Grecia. Que haya un acuerdo de mínimos dependerá de que el país heleno acepte todas las condiciones asociadas a la extensión del crédito. Sólo en este caso está dispuesta Bruselas a aceptar modificaciones posteriores. Parece que Grecia no tiene más remedio que aceptar. Mientras que el país sufre una salida continua de capitales, la calma chicha manda en el resto de la región, con los mercados al alza y una tranquilidad inusitada de los inversores a pesar de la que la fecha límite ya está encima.

-Los límites de Bruselas. Los expertos dan por hecho que Bruselas hará concesiones, pero con cuentagotas y en aquellos apartados con menor impacto económico. Retrasar el programa de privatizaciones (de 50.000 millones de euros hasta 2016) o retrasar la subida de impuesto que la Troika defiende con vehemencia es una doble posibilidad. La contrarreforma del mercado laboral o la paralización de los planes de reducción del tamaño del sector público son otras de las grandes imposiciones de la Troika.

-Tira y afloja. No obstante, desde Europa se están lanzando mensajes inequívocos de que la dureza tiene un límite. El Banco Central Europeo (BCE), que había amagada con cerrar las líneas de financiación a unos bancos griegos en el chasis, ha aumentado en más de 3.000 millones (una cifra en cualquier caso insuficiente) el dinero que tienen a su disposición. Una señal de buena voluntad, pero también de poder: el futuro de Grecia pende de un hilo, el que Mario Draghi puede cortar en cualquier momento.

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